Diez años del Madrid Arena: más multas, inhabilitación y prevención para que no se repita otra tragedia
Una masiva recogida de firmas de las familias de la víctimas propició un endurecimiento de la ley, la reforma del recinto y acotar los usos de espacios como Las Ventas
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Belén Langdon (17 años), Katia Esteban (18), Cristina Arce (18), Rocío Oña (18) y Teresa Alonso (20) salieron la noche de Halloween a celebrar la vida sin presagiar que se tropezarían de forma prematura con la muerte. Ha pasado una década desde aquella tragedia en ... la que el mundo se paró para Isabel de la Fuente, madre de una de las jóvenes fallecidas. Desde aquel día, su empeño no ha sido otro que hacer todo lo posible porque ninguna familia más tenga que lamentar una pérdida tan dolorosa como la que ocurrió en el Madrid Arena.
Su tesón le llevó a sumar a su causa a 500.000 personas, que pusieron su rúbrica para que la Comunidad de Madrid cambiara la normativa. Y lo logró. La Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (Lepar) se modificó y entró en vigor un año después, el 24 de diciembre de 2013. La legislación, hasta entonces, contenía importantes vacíos que el nuevo texto trató de completar.
Prevención y endurecimiento de las multas son los dos ejes en los que se ha hecho más hincapié. Así, la nueva norma redobla las sanciones en caso de infracciones graves hasta alcanzar los 900.000 euros. Incluso, en función del grado de incumplimiento de las medidas de seguridad, puede conducir al cierre de los establecimientos durante dos años. Además, inhabilita a los empresarios para organizar espectáculos, no sólo en Madrid, sino también en el resto de España, ya que sus nombres se publican en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, para que quede constancia.
«De una situación dramática fuimos capaces de reaccionar en lo que a nivel normativo se refiere. La ley que se aprueba en 2013 introduce sobre todo un marco sancionador que refuerza esa respuesta de los poderes públicos ante los posibles incumplimientos de las medidas de seguridad que pudiesen darse en locales y recintos. En el caso del Madrid Arena, además, la licencia que había en el recinto es multiusos. Eso lo que quiere decir es que no necesita un permiso específico concreto para esa actividad. Ese es uno de los aprendizajes», valora a ABC el director general de Seguridad, Protección Civil y Formación de la Comunidad de Madrid, Luis Miguel Torres Hernández.
En materia de prevención, también se incluyó la posibilidad de activar medidas cautelares. «Para evitar la insolvencia del presunto infractor, nos autorizamos a poder decomisar los ingresos obtenidos de la actividad que pudiera haber tenido ese problema», explica Torres. Y en cuanto se iniciara el procedimiento sancionador, «se le impide al promotor o a la empresa que lo impulsa» seguir realizando espectáculos públicos hasta que, al menos, termine el proceso de investigación.
Daddy Yankee, cancelado
En este sentido, los ayuntamientos juegan un papel clave. Son los que tienen la potestad sancionadora y realizan las inspecciones. El último ejemplo del estricto protocolo que se sigue ahora fue el del festival de despedida de Daddy Yankee el pasado junio. En cuestión de tres días los organizadores cambiaron su ubicación, de la Caja Mágica al Estadio Metropolitano, un recinto acondicionado para celebrar conciertos, pero no tan preparado para un festival. Al hacer el plan de seguridad inicial del espacio del barrio de San Fermín (Usera) los organizadores se toparon con la dificultad en los accesos, había un túnel de evacuación muy angosto donde podía generarse una avalancha, y por eso se decidió el cambio de ubicación.
«Al ser un evento que requería de una autorización extraordinaria, al querer realizarse en un recinto que no tenía una licencia multiusos (el estadio Metropolitano), entra el papel de la Comunidad de Madrid. Y nosotros ante la ausencia de esos informes vinculantes y de una serie de cuestiones -como es el propio tiempo para organizar de medidas y de controles necesario por parte del ayuntamiento- la Comunidad de Madrid toma la decisión de no autorizarlo», ejemplifica el director general.
Reformas y eventos acotados
Tras la tragedia, el Gobierno de Ana Botella también ordenó cerrar el Palacio de Cristal de la Casa de Campo y el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones, que no acogieron eventos hasta que se subsanasen los problemas de seguridad. No cumplían la normativa vigente entonces en cuanto a accesos, evacuación o extinción de incendios. Y el Madrid Arena, tampoco. Todos han sido reabiertos, una vez realizadas las pertinentes mejoras, salvo el palacete de la Castellana, que ha encadenado varios planes fallidos para reflotarlo.
En paralelo a la reforma legal, el Madrid Arena ha cambiado de nombre en estos años. En un intento por borrar los vestigios del pasado, ahora se llama Pabellón Multiusos. El recinto municipal, gestionado por Madridec, pasó a manos de otra empresa, Madrid Destino, en otro intento de desvincularlo de su pasado. Tras permanecer 175 días clausurado, reabrió el 24 de abril de 2013. Pero desde esa fecha está prohibida la realización de macroeventos.
Desde entonces, según explican a ABC desde la entidad municipal, se han efectuado «obras de mejora entre los años 2016 y 2022 por un importe total de casi 400.000 euros» para solventar las deficiencias encontradas. En estos diez años, allí se han desarrollado eventos de todo tipo: desde la Feria Internacional del Libro (2013), al World Paddle Tour (2015, 2019 y 2022) o al espectáculo Sama Sama del Circo del Sol (2015). «El Pabellón Multiusos es un recinto apropiado para desarrollar ferias, actos deportivos, corporativos y espectáculos. Es versátil en cuanto a circulaciones y usos», aseguran.
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Otros recintos que suelen acoger grandes eventos, como la plaza de toros de Las Ventas también han tenido que adaptarse a la nueva normativa, más garantista. «Acogía macroconciertos en los que se utilizaba todo el aforo, pero precisamente a raíz de las modificaciones normativas que surgen después del Madrid Arena, ese tipo de eventos se regulan y se limitan, como han sido, por ejemplo, estos dos últimos años dentro del ruedo, en una carpa, con una serie de medidas complementarias», cuenta el director general.
Aquella noche negra de Halloween consiguió implantar «una necesaria sensibilidad hacia todas estas medidas de prevención por parte de las administraciones y por parte de los promotores», reflexiona el responsable de Seguridad de la Comunidad. «En muchas ocasiones -continúa- se quejan de las excesivas exigencias que tenemos para este tipo de cuestiones, pero demuestran que están muy lejos de poder considerarse como una traba burocrática; lo que se busca en realidad es una garantía de seguridad y de protección a quien va allí un rato agradable y evitar que termine en una tragedia como la del Madrid Arena».
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