La confesión del exnovio de Juana Canal: «La hallé muerta en casa. No sabía qué hacer y la descuarticé, la metí en dos bolsas y la enterré en Ávila»
Jesús, el que fuera pareja de Juana Canal, confiesa que se deshizo del cadáver pero no que la asesinara. El cúmulo de indicios le han acorralado: le dio una paliza a Juana, que llamó a la Policía, y la sepultó en su propio pueblo
Juana Canal: arqueología policial para desenterrar un posible crimen machista a punto de prescribir
La expareja de Juana Canal confiesa que la descuartizó y se deshizo del cadáver en 2003
Un cúmulo de indicios policiales, desencadenado sobre todo a partir del hallazgo de los huesos de la víctima, culminó ayer en algo por lo que pocos apostaban: la confesión, parcial eso sí, de la expareja de Juana Canal. Se trata de la mujer de ... 38 años, que hace casi veinte que desapareció sin dejar rastro claro de su vivienda de Ciudad Lineal, donde residía alquilada con su novio en el momento de los hechos. Jesús Pradeles Herrero, tras dos décadas, se derrumbó ayer por la mañana y confesó a los agentes: «Esa noche llegué a casa, en la calle de Boldano, y encontré a Juani muerta. No sabía qué hacer con ella y la descuarticé. Luego, la metí en dos bolsas y la enterré cerca de la finca de mi familia, en Ávila».
Estas fueron las palabras, no en su completa literalidad, con las que este pequeño hostelero (trabaja en un puesto ambulante de hamburguesas y bocadillos en las fiestas de los distintos pueblos de la región), de 58 años, reconocía solo en parte su involucramiento en el crimen. Una táctica a la que el equipo conjunto de Policía Nacional y Guardia Civil conformado hace un mes para esclarecer este caso antes de que prescriba no dan credibilidad ninguna. Jesús buscaría así ser autor solo de un delito de profanación de cadáver, dejando en el aire una cuestión fundamental, que es cómo, presuntamente, mató a Juani aquella noche del 22 al 23 de febrero de 2003. Hay constancia de que ella llamó a la Policía horas antes, pidiendo auxilio por una paliza que le había dado, pero no se activaron las medidas pertinentes. Esa madrugada la mató.
Se casó a los seis meses
Las pesquisas van encaminadas hacia una discusión muy fuerte aquella jornada entre la pareja. Es probable que la mujer, que trabajaba como administrativa, quisiera romper la relación. Es más, una de las cuestiones que sorprendió a los investigadores nada más retomar el caso hace unos meses (tras el hallazgo de los primeros restos óseos cerca de la finca familiar de Jesús, entre Navalacruz y Navarredondilla, Ávila) es que el investigado se casara apenas seis meses después del suceso. Su mujer actual (y por supuesto sus hijos) no tenían ni idea de lo que supuestamente hizo el padre de familia. De hecho, ayer, en su confesión, insistió en que solo él, y sin ayuda de terceros, fue quien despedazó el cadáver de Juana Canal y lo semienterró en el paraje abulense. A más de 100 kilómetros del piso madrileño de la calle de Boldano donde asesinaron a la mujer.
La actitud de aparente tranquilidad de Jesús el miércoles, cuando fue arrestado al salir de su vivienda, en Fuente el Saz del Jarama, continuó durante el registro posterior en la finca de 2.500 metros cuadrados en la provincia de Ávila; allí se rastreó también la casa de sus padres, deshabitada desde hace unos veinte años, sin agua corriente ni luz, momentos en los que se mostró incluso colaborativo y sonriente con los agentes.
Sin embargo, la noche que pasó en el calabozo le dio la vuelta a la tortilla, y la coraza se le vino abajo. Los investigadores, hablando con él, tranquilamente, intentando empatizar hasta cierto punto, consiguieron la confesión ayer por la mañana. Incluso fue una sorpresa para los agentes, que el día antes creían que no se derrumbaría, habida cuenta de que llevaba ya dos décadas ocultando el gran secreto de su vida y sin tener ningún descuido, siquiera, en sus conversaciones telefónicas.
No se delató por teléfono
Porque sí, es cierto que tenía la línea intervenida por orden judicial; aunque, frente a lo que se ha publicado en algunos medios, fuentes del caso niegan que en ningún momento hubiera caído en ningún renunció durante el mes largo de pinchazo avalado por la juez abulense que instruye el caso. En sus conversaciones se mostraba tranquilo y sin mención alguna al caso.
El equipo de investigación ya tenía previamente suficientes indicios como para que su señoría diera el visto bueno a las intervenciones telefónicas, algo realmente complicado de conseguir. Por un lado, el hallazgo de los huesos (una tibia y el trozo de un cráneo) a finales de 2019 y que poco más de un mes después el ADN confirmó que eran de Juana, tal y como figuraba en la base de datos de desaparecidos. Hay otros elementos que se mantienen bajo secreto y no conviene desvelar, pero sin duda uno de los de mayor peso fue que los restos se encontraran precisamente en el pueblo de la familia de Jesús y a apenas dos kilómetros de la finca.
En dos lugares muy cercanos
Él mismo ayer se ofreció a llevar a los funcionarios policiales a los dos puntos, muy cercanos entre sí, donde les dio tan cruenta sepultura. Acudieron al lugar con él, que señaló los puntos donde dejó las bolsas con el cuerpo de la víctima de violencia de género. Estuvo allí durante una media hora. Ocurrió cuando a mediodía se acabó con el registro de la finca, en el que ayer no estuvo presente el imputado. Está previsto que hoy pase a disposición judicial. A la espera de lo que pida la Fiscalía, el abogado de la familia de Juani y de SOS Desaparecidos, Juan Manuel Medina, pedirá ante tanta acumulación de pruebas que se dicte prisión provisional, comunicada y sin fianza para el encartado.
La estrategia es similar a la del colombiano Jorge Ignacio Palma, acusado de los asesinatos de Marta Calvo y de al menos otras dos mujeres, en Valencia. En el caso de la primera, reconoció que la había descuartizado, pero no que la asesinó. Ha sido condenado a casi 160 años de cárcel.
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