El 28M toma el San Isidro más electoral y menos castizo

Isabel Díaz Ayuso llegó al ayuntamiento con el tiempo justo para hacer unas rápidas declaraciones a los medios antes del acto de entrega de las medallas de la ciudad. La presidenta de la Comunidad de Madrid pidió al Santo agua y trabajo para todos y confesó que en esta campaña está observando la misma ilusión que hubo el 4 de mayo de 2021, en las elecciones que significaron un punto de inflexión en Madrid, en su partido y seguramente en la política nacional. Ayuso cree que, a pesar de las buenas vibraciones, no puede perderse la cautela y la prudencia y subrayó que nada está hecho ni ganado: «No me puedo relajar, no me confío, hay que trabajar con mucha humildad y con pies de plomo hasta el domingo electoral».

Pero la actualidad electoral mandaba, y Ayuso, que no solo no está obviando el debate nacional en su campaña sino que lo está priorizando, se pronunció de forma tajante sobre la presencia de terroristas en las candidaturas de Bildu: «Nadie que pertenezca al entorno político de una banda terrorista debería estar en un parlamento, ayuntamiento ni institución».

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«Me parece inmoral e impropio de una democracia como la nuestra el hecho de que Bildu pueda estar en las instituciones. No debería estar nunca en ningún Parlamento, Ayuntamiento, ninguna institución nadie que pertenezca al entorno político de una banda terrorista», aseguró. La presidenta madrileña reconoció que no sabe qué hay que hacer ni qué permite el ordenamiento jurídico, pero cree que las candidaturas de Bildu no cumplen con la ley de Partido, porque «son condenados por terrorismo, con delitos de sangre y que se presentan por municipios donde viven incluso sus víctimas».

«Es una anomalía democrática», aseguró. Por eso, se pronunció a favor de plantearse su posible ilegalización. Ayuso no acudió a la Pradera de San Isidro, porque este martes por la noche participará en el debate electoral de Telemadrid, el único al que va a asistir, y centró buena parte del día en su preparación.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre se presentó en el Ayuntamiento vestida de azul, «para que los madrileños voten a Isabel Díaz Ayuso y a José Luis Martínez-Almeida». Genio y figura, Aguirre soltó nada más llegar un «que te vote Txapote» dirigido a Sánchez por sus pactos con Bildu. A su juicio, la presencia en las listas de esta formación de condenados por su vinculación y pertenencia a ETA es «ilegal».

La sombra del terrorismo y de Bildu consiguió así empañar la fiesta. Al candidato socialista a la Comunidad, Juan Lobato, al que Ayuso ignora cada minuto de la campaña, aseguró que siente repugnancia por las listas de Bildu y apuntó de forma sorprendente que el PSOE «no ha pactado» con ellos porque esta formación no apoyó la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno. «No hay que seguir no pactando porque no se ha pactado», dijo.

Fue el tema político de la jornada, también entre los alcaldables en la capital. «Cualquier partido que tenga pactos con Bildu lo que debería hacer es romperlos si tuviera un mínimo de decencia, dignidad y respeto por las víctimas del terrorismo», dijo el candidato del PP, José Luis Martínez-Almeida. La candidata socialista, la exministra Reyes Maroto, afeó el comentario: «Es lamentable que Ayuso y Almeida hablen de ETA en la fiesta de las y los madrileños porque no tienen propuestas para Madrid. Les insto a que se vayan a la política nacional si es lo que les gusta».

El portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, exigió una vez más la ilegalización de Bildu: «Los etarras nos parecen lo más repugnante que ha habido desde que se aprobó la Constitución, la ETA está en las instituciones y debe ilegalizarse». Y la vicealcaldesa, Begoña Villacís (Ciudadanos), también opinó: «Tenemos asesinos en listas electorales que no se arrepienten de lo que han hecho».

Almeida tardó un buen rato en llegar a la carpa de su partido, en la avenida principal de la pradera de San Isidro, entre fotos con chulapas, pancartas vecinales («¡No a la tala!») y hasta un oso polar de Greenpeace bajo el sol de mayo. Cervezas, bocatas de chorizo y un ambiente festivo. «Prácticamente todas las encuestas dicen que estamos por encima del 40% del voto, en torno a los 26 concejales», celebró el alcalde. El PP necesita 29 ediles para alcanzar la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Madrid y el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) dibuja un escenario abierto, con un posible empate entre el bloque de derechas y el bloque progresista en la ciudad.

Muchos aprovecharon San Isidro para pedir el voto útil. Almeida, en un rifirrafe constante con Ortega Smith desde hace medio año, lanzó: «Si alguien tiene miedo a que se gobierne con Vox, lo que tiene que hacer es coger la papeleta del PP». El portavoz de Vox contestó: «Nosotros tampoco queremos pactar con ellos, a todos nos gustaría poder gobernar en solitario, pero eso lo deciden los madrileños». Nadie quiso hablar de pactos. En la izquierda, Reyes Maroto (PSOE), Rita Maestre (Más Madrid) y Roberto Sotomayor (Podemos-IU) también pelean por el liderazgo de su bloque.

En la fiesta hubo otro matrimonio tocado, el del alcalde con su vicealcaldesa, que pasearon por separado. El primero, con dos concejales fugados -el responsable de Familias, Pepe Aniorte, y el edil de Innovación, Ángel Niño- que plantaron a la segunda. El reto de Ciudadanos es rascar el 5% de los votos necesario (80.000 papeletas) para volver a entrar en el Ayuntamiento de Madrid, el único bastión que les queda a los liberales, y donde su grupo municipal se ha desmembrado tras una crisis interna. «Quiero apelar a todos los madrileños: que se movilicen, que sean valientes, que sean conscientes de lo importante que es su voto, el voto útil, que evita que Madrid sea ese Madrid radical, crispado», declaró Villacís. Faltan 12 días para las urnas.