Alaska y Ana Rosa Quintana, Medallas de Honor de Madrid en su día grande: «Aquí nadie te pregunta de dónde eres»

Cada 15 de mayo, el Palacio de Cibeles se engalana por la fiesta de San Isidro. Expresidentes de la Comunidad de Madrid, exalcaldes de la capital, diputados de la Asamblea y hasta el embajador de Ucrania se han reunido este lunes en una ceremonia institucional que homenajea a la ciudad y, especialmente, a las personas que «hayan destacado por sus extraordinarios méritos personales y por haber prestado servicios muy relevantes a la ciudad de Madrid», según recoge el reglamento municipal sobre las Medallas de Honor. Este año son tres. A la periodista Ana Rosa Quintana, por su «valor, verdad y pasión, por encima de todo pasión», ha señalado en el acto la vicealcaldesa, Begoña Villacís. A la cantante Olvido Gara, Alaska, «una madrileña que no interpreta canciones, sino himnos». Dos mujeres «que representan la libertad de Madrid», ha afirmado Villacís, antes de que las dos recogieran su galardón.

«No puedo estar más contenta», ha empezado Ana Rosa Quintana. «Me he criado en Usera, un barrio obrero y trabajador, antes de que fuera Chinatown», ha dicho la periodista y presentadora de su programa durante 18 años, que ha recordado a todos los madrileños de adopción que llegan a la ciudad «a ganarse la vida y a vivir la vida». «Porque en Madrid somos toda España», ha terminado su discurso. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, le ha reconocido «la valentía y la entereza con las que se ha enfrentado a la enfermedad», además de ser «una voz sensata y valiente en el análisis informativo».

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Olvido Gara nació en Ciudad de México y llegó a Madrid en 1973, cuando su padre, un anarquista exiliado, decidió que era «buen momento» para regresar. A la semana perdió el acento y, con 18 años, Madrid ya era su ciudad. «Nadie me mueve de aquí», ha recordado, «donde nadie te preguntaba ni te pregunta de dónde eres». Como ha destacado Almeida, «aquí ha desarrollado su brillante y polifacética carrera», autora de «canciones que formarán para siempre parte de la banda sonora de esta ciudad».

La tercera Medalla de Honor, como ya aprobó la Junta de Gobierno el pasado 25 de abril, es para Melchor Rodríguez, el alcalde madrileño durante la Guerra Civil apodado 'el Ángel Rojo', con medio siglo de retraso. «Antepuso su integridad a sus ideas políticas, salvando a 1.000 presos», ha recordado Villacís. Su bisnieto, Rubén, ha recogido el premio. «Mi bisabuelo respetó a todos, salvó la vida sin preguntar, salvó la vida a miles de sus enemigos, se jugó la vida por ellos. Lo hizo defendiendo sus ideas anarquistas. Me genera profunda tristeza cómo la memoria en este país sigue instalada en el odio al otro», ha señalado. Entre otras, ha dejado esta frase del Ángel Rojo: «Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas».

Además de estas tres doradas, el Ayuntamiento de Madrid ha repartido otra docena de medallas a artistas, asociaciones y empresarios. El dramaturgo Juan Mayorga, el torero Julián López 'El Juli', la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, la Casa del Libro, el pintor de batallas Augusto Ferrer Dalmau, la exbailaora Blanca del Rey, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, el escritor Antonio Pau, el colectivo Lideresas de Villaverde, la entidad Plena Inclusión Madrid, el empresario Clemente González Soler y, por último, la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Clemente González Soler ha dicho unas palabras por los doce premiados: «Gracias, muchas gracias». El empresario ha remarcado que la capital es «una ciudad de oportunidades, una ciudad donde uno se siente seguro, en casa, feliz».