El atacante de Algeciras se encontraba en situación irregular y estaba pendiente de expulsión

El agresor, que fue detenido poco después por la Policía Local y que se encontraba en situación irregular y pendiente de expulsión según recoge EP, comenzó a actuar a las siete y media en la parroquia de San Isidro, en un momento en el que el sacerdote Antonio Rodríguez, de 74 años, salesiano y vicario de la Parroquia María Auxiliadora, celebraba la Eucaristía.

El sujeto, que gritaba 'Alá es grande', arrasaba con todo lo que se encontraba a su paso, imágenes incluidas, hasta que acuchilló en el cuello al cura, que pudo salvar la vida gracias a la rápida actuación de los equipos médicos de emergencia, que fueron inmediatamente alertados. Está hospitalizado, estable, dentro de la gravedad.

Tras ese primer ataque, el desconocido, que también fue deportado de Gibraltar en 2019 por llegar hasta el Peñón a bordo de una moto acuática sin la documentación necesaria, se desplazó a pie hasta la Iglesia de La Palma, a solo diez minutos de allí. En ese lugar actuó de la misma forma, pero esta vez se abalanzó sobre el sacristán, que recibió una herida de arma blanca en el abdomen y otra en la cabeza. En un primer momento pudo zafarse del criminal pero al final éste lo alcanzó en el exterior del templo, donde consumó el asesinato. El cuerpo sin vida de la víctima quedó tendido en plena calle, en medio del horror de los transeúntes, que alertaron de los hechos al 112. Los servicios de emergencia montaron un puesto sanitario en la plazuela de San Isidro para atender a las víctimas. No se descarta que Diego Valencia fuera una víctima ocasional y que a quien de verdad buscaba el asesino era al párroco titular. Así lo cree él al menos.

No pasó mucho tiempo hasta que se produjo el arresto del asesino. Fue en la plaza de la Virgen de las Lágrimas, justo a espaldas de la capilla de la Virgen de Europa, por lo que los investigadores sospechan que podría tratarse de su tercer objetivo, al que no habría conseguido acceder gracias a los policías locales que le neutralizaron. Otras fuentes, sin embargo, aseguraban anoche que sí llegó a entrar también en ese templo y que se le arrestó a la salida.

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El detenido fue llevado a comisaría. Horas después trascendía su identidad. Se trata de Yazine Kanza. Al parecer es un individuo conocido en la zona por su comportamiento anómalo. Incluso hay quien afirma que estuvo increpando a los fieles una hora antes de que perpetrara los hechos para exigirles que se convirtieran al islam. Su fotografía en dependencias policiales con los pantalones ensangrentados y una media sonrisa helaba la sangre.

Los interrogatorios comenzaron de inmediato para determinar si se trata de la acción de un individuo aislado, como parece, o puede haber más implicados. Una de las líneas de investigación es determinar si este individo tiene perturbadas sus facultades mentales, aunque eso no alteraría el hecho de que se trate de un ataque terrorista. Durante el registro de la vivienda, en la que vivía con dos personas más que no tienen que ver en principio con los hechos ocurridos, no se ha encontrado nada relavante para la investigación.

Las fuentes policiales consultadas por ABC aseguraban que la hipótesis más probable es que, en efecto, se trató de un ataque yihadista perpetrado por un 'lobo solitario', aunque el Ministerio del Interior prefería mantener cautela antes de atribuir la agresión a un móvil concreto. No obstante, el hecho de que se perpetrara en el interior de dos iglesias -Daesh ya ha cometido atentados en ellas en otros países europeos- hacían pensar en un acto de terrorismo.

La noche fue de una actividad frenética. La prioridad era tener esa identificación para poder comenzar a reconstruir las relaciones del sospechoso, registrar su vivienda y saber si tiene algún tipo de antecedente. Los agentes de la Brigada de Información de Sevilla, con la ayuda de sus compañeros de la Comisaría General, rastreaban el rastro de este individuo. Algunas informaciones no oficiales apuntaban a que en los últimos tiempos había sufrido un proceso de radicalización. Además la Policía hacía identificaciones de individuos en la calle de Ruiz Tagle, que es peatonal y que está a apenas medio centenar de metros de la Iglesia de San Isidro. Todo ello en medio de la lógica tensión entre unos ciudadanos que asistían, entre atónitos y atemorizados, a escenas que parecían sacadas de una película.

La Comunidad Musulmana, mientras tanto, difundió apenas unas horas después de los hechos un comunicado en el que lamentaba y condenaba los hechos. Para entonces ya sabía que el autor de los hechos era de origen magrebí. También la Casa Salesiana de Algeciras difundía un comunicado en el que agradecía el apoyo recibido y condenaba el terrible suceso. Igualmente la Conferencia Episcopal mostró su cercanía con las víctimas y condenó los hechos, «que no pueden tener lugar en la sociedad en la que vivimos».

De confirmarse el atentado yihadista -la Fiscalía de la Audiencia Nacional así lo creía anoche y el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 se iba a hacer cargo del caso-, este sería el primer ataque perpetrado por un 'lobo solitario' en España desde septiembre de 2021, cuando un joven de 27 años, de nombre Abdellah embistió con su coche en Roldán (Torre Pacheco, Murcia) una terraza y mató a un cliente de la misma, que se encontraba allí con su esposa. El propio conductor murió en el siniestro.

En un principio se pensó en que se trataba de un accidente, quizá consecuencia de una persecución, pero nada más comenzar la investigación saltó la sorpresa: Abdellah llevaba consigo tres cartas en las que afirmaba que se trataba de un atentado yihadista. Hubo dudas de que fuera tal, pero las investigaciones de la Guardia Civil apuntan a que esa es la hipótesis más probable y como tal es investigado por la Audiencia Nacional. Lo más extraño es que la noticia, nada más y nada menos que un ataque terrorista, quedó fuera del debate político; fue como si no existiera.

Aunque la lucha contra el terrorismo yihadista ha dejado de ocupar grandes espacios informativos, lo cierto es que España está en el nivel 4 de alerta terrorista, que tiene una escala de 5. Para los expertos de las Fuerzas de Seguridad y los servicios de inteligencia no existía duda de que se iba a producir un nuevo ataque; lo que faltaba saber era cuándo. La actividad policial no ha desfallecido en estos últimos años y solo el año pasado fueron detenidas 53 personas por esta causa y este ya van cinco. De hecho, nuestras Fuerzas de Seguridad están en la vanguardia de Europa en este combate contra Daesh.

Si se confirma la autoría yihadista no sería, ni mucho menos, el primer ataque a templos que hacen estos terroristas en Europa. En la noche del 14 al 15 de febrero de 2014, en Dinamarca, un sujeto armado abrió fuego contra un seminario y una sinagoga en Copenhague. Murieron 3 civiles y 5 agentes de policía resultaron heridos. El 26 de julio de 2016, en París, dos hombres armados entraron en una iglesia de Normandía al grito de 'Alá es grande' y tomaron como rehenes al sacerdote, tres monjas y dos fieles. El sacerdote falleció y hubo dos heridos. El 31 de octubre de 2020, un ortodoxo resultó gravemente herido al ser tiroteado en una iglesia de Lyon al gritó «Alá es grande». Y El 29 murieron tres personas en un ataque con cuchillo en la Catedral de Notre-Dame de Niza. El autor del ataque fue detenido después del atentado.