'Ley Mordaza': sin desbloqueo tras dos citas secretas

ERC y EH Bildu mantuvieron que si no hay avances en esos cuatro puntos -para ellos la parte troncal de la reforma aunque afecte a unos pocos artículos- votarán en contra del informe de la ponencia mañana miércoles. PSOE y el PNV mantienen por su parte que los cambios que están sobre la mesa son suficientes. En este contexto, los socialistas y sus socios acordaron ayer consultar a los letrados de la Comisión de Interior del Congreso qué opciones existen para seguir ganando tiempo y negociar sin que mañana la reforma salte por los aires mañana miércoles.

Según las mismas fuentes, la respuesta fue que el informe de la ponencia debe aprobarse para que esta fase se cierre y la iniciativa pueda pasar a la siguiente fase de la tramitación, su debate en la comisión. Es decir, que si ERC y Bildu votaran en contra del informe, la ponencia quedaría «abierta» y por tanto bloqueada hasta que hubiera acuerdo. Y que, en ningún caso, el informe de la ponencia puede pasar a la comisión sin que haya existido una votación que lo apruebe.

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Los socialistas, el PNV y Unidas Podemos creen que la votación puede forzar a ERC y Bildu a ablandar sus posiciones, y que si no lo hacen, quedarían retratados como culpables si la reforma no sale finalmente adelante. «Cada grupo tendrá que reflexionar y decidir si, a pesar de todas las mejoras y avances, consideran mejor no cambiar nada», añadían desde el PNV.

Pero para los grupos independentistas esto es solo «relato». ERC y Bildu insisten en que si no hay más cambios a una reforma que consideran ‘light’, su voto en contra es inamovible. Desde su perspectiva, quienes quedarían retratados en la votación serían PSOE, Podemos y PNV por impulsar unos cambios que mantienen el cuerpo de una ley que aprobó Mariano Rajoy con mayoría absoluta. «No solo no hay derogación sino que mantienen el problema», señalan fuentes independentistas.

La ponencia es la fase de la tramitación menos regulada por el Reglamento del Congreso porque en realidad es una fórmula de trabajo, a puerta cerrada, prevista para facilitar que los grupos parlamentarios alcancen acuerdos políticos que serían más difíciles con luz y taquígrafos. De hecho las votaciones no son nominales sino por voto ponderado. Es decir. para que un informe de ponencia se apruebe simplemente se requieren más ‘síes’ que ‘noes’, aunque se refiera a una ley orgánica, como sucede en este caso.

El pulso entre el PSOE y sus socios independentistas se mantiene, por tanto, en el mismo punto. Desde los partidos de la coalición de Gobierno insisten en la idea de que «se ha avanzado y hay acuerdo en el grueso de los artículos de la reforma». Fuentes del bloque secesionista señalan lo «inédito» de llevar prácticamente un año de ponencia para no haber avanzado «un ápice» en las cuatro cuestiones que bloquean el pacto desde el inicio del debate. La única diferencia respecto al año pasado, es que el PSOE tiene prisa porque quiere aprobar esta reforma antes de las próximas elecciones de mayo.