Puente rechaza el rescate de la AP-9: costaría 4.000 millones y es «inasumible»

Hasta en dos ocasiones reivindicó Puente la veracidad de los 4.000 millones en los que cifró el rescate. Primero, indicó que se trata de costes basados en «cálculos preliminares que han hecho técnicos del Ministerio [de Transportes]». Con apostilla: «No tengo ningún interés en faltar a la verdad». En su segunda intervención, aseguró que esa cifra «no me la invento». Néstor Rego, único diputado del BNG, la puso en tela de juicio al terciar que, según algunas estimaciones, el coste sería de 2.000 millones, mientras que otras lo estiran a 3.000. Como quiera que, en todo caso, afeó al Gobierno no haber realizado un «estudio riguroso» que pueda hacer público, Puente salió del paso afirmando: «Estamos abiertos a realizar los estudios, con la máxima transparencia, que ustedes quieran». Pero el 'no', por delante.

Puente dejó muy pronto meridianamente claro lo que opinaba de la interpelación urgente que llevó a la Cámara Baja el diputado Rego (Grupo Mixto), «relativa a la anulación de la prórroga de 25 años otorgada a la concesionaria de la AP-9, la asunción de la gestión directa de la autopista, la supresión de los peajes y el impulso de la transferencia a Galicia». Que algo así «se considere urgente», comentó Puente con sonrisa irónica y arquear de cejas, «me cuesta entenderlo». Tras recordar que la concesión vence en 2048, insistió: «Como que muy urgente la cuestión a mí no me lo parece». «¡No queremos esperar más, no queremos seguir pagando!», rebatió Rego sobre la falta de urgencia. El derecho al pataleo que no renta nada.

Porque Puente se limitó a echar la culpa al PP. No puede «admitir», dijo, que se coloque a su partido «en pie de igualdad» con los populares, a los que responsabilizó en exclusiva: «Tiene tela» que sean los «primeros en reclamar la gratuidad» de la Autopista del Atlántico, acusó, cuando fue José María Aznar quien prorrogó la concesión. Más allá del argumentario, rechazó que todo se resume en que el Gobierno se lo proponga: «La voluntad política se llama 4.000 millones de euros».

Y esa cantidad no se va a abonar. Puente le dijo a Rego –y, por extensión, a todos los gallegos–, que es «muy difícil desde el punto de vista jurídico» y «muy caro desde el punto de vista económico». Especialmente, con la concesión en vigor, como es el caso de la AP-9. «Seamos honestos con la ciudadanía», reforzó todavía más su rechazo a la eliminación de los peajes.

La interpelación de Rego fue la última iniciativa en el orden del día de la sesión plenaria del Congreso. El hemiciclo estaba, a esas alturas, prácticamente vacío. Justo como se marchó el diputado del BNG. Porque, para más inri, Puente dejó caer que su «intención» es que la rebaja de peajes prometida al BNG «pueda materializarse en este ejercicio». Ni siquiera lo garantizó.

En O Hórreo, mientras, se eligió a los diputados que defenderán en el Congreso (11 de junio) la toma en consideración de la proposición para transferir la AP-9 a Galicia: Alberto Pazos (PP), Ana Pontón (BNG) y Gómez Besteiro (PSOE). Los 26 apoyos al Bloque sugieren que también les votó Democracia Ourensana.