Galicia pone el foco de la lucha contra el fuego en los macroincendios

Esta y otras son «novedades importantes», destacó el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ayer en la rueda de prensa posterior al Consello. «Cuanto antes se planifique, mejor. El objetivo es el de todos los años, reducir las consecuencias de los incendios forestales de todo tipo: ecológicas, económicas y sociales«, abundó. Para conseguirlo, además de la creación del »equipo multidisciplinar«, se incorporarán tres nuevas brigadas helitransportadas públicas, y se reforzaran los medios materiales con la adquisición de 15 nuevas motobombas »que se incorporan a la campaña de este verano« y doce tractores con cisterna y trituradora. También se ampliará la red de videovigilancia forestal, con cámaras que vigilan los montes gallegos en tiempo real para actuar lo antes posible. En total, especificó Rueda, los bosques quedarán vigilados con »153 cámaras localizadas en 76 puntos diferentes«.

Las nuevas brigadas se crearán en las bases del Barco de Valdeorras, o Xurés (Muíños) y en Queimadelos (Mondariz). Son zonas en las que casi todos los años se producen grandes y peligrosos incendios forestales. En total, contarán con medio centenar de efectivos, señala el Gobierno gallego.

En el Pladiga, con un presupuesto de 200 millones, se actualiza también el mapa de las parroquias de alta actividad incendiaria, estas son, las más susceptibles a sufrir un fuego. En total, 40 municipios tienen esta categoría —cinco más que en 2022—, la mayoría de ellas en Orense y Lugo.

Por otro lado, los medios humanos se mantienen con respecto a anteriores campañas, anuncian desde la Xunta: el operativo estará formado en total por más de 7.000 personas, contabilizando tanto a los profesionales propios de la Xunta como a los adscritos a otras administraciones. Por el aire se movilizarán una treintena de medios, también como en los pasados años, entre los de la Xunta y Estado.