La nueva ley gallega de lucha contra los incendios habilitará ampliar las fajas de seguridad

Rueda destacó que la nueva normativa sustituirá a la que está en vigor desde hace 16 años. Ha quedado obsoleta. El fuego, se vio el verano pasado, ha adquirido un comportamiento mucho más virulento e imprevisible, a lomos del cambio climático. El presidente puso en valor que la futura ley aporta una «visión más global, fruto de la experiencia acumulada»; incorpora además las recomendaciones de la comisión de estudio creada tras los incendios de 2017. El nuevo texto articula una estrategia en torno al denominado «sistema de lucha integral contra los incendios forestales de Galicia», que abarca infraestructuras y medidas de prevención y protección; vigilancia e investigación; y extinción. De ahí saldrá un nuevo plan, bautizado como Plifoga, de carácter quinquenal, pero con actualizaciones anuales, que sustituirá al Pladiga.

Prevención es la palabra clave. Ya sea con medidas orientadas al territorio o a la población. Entre las primeras, se activa un «mapa dinámico de peligro de incendios forestales», que buscará hacer honor a su nombre, y tendrá en cuenta combustible existente, frecuencia histórica de los fuegos y causas. También se establecerán a nivel autonómico las zonas de alto riesgo de incendios, que a su vez permitirán definir, a nivel de distrito, las «áreas estratégicas de gestión». Aquí, explicó el conselleiro, se llevarán a cabo «actuaciones quirúrgicas», para preparar el terreno y defender mejor a los servicios de extinción o «atacar con mayores posibilidades de éxito» un fuego. La gallega será la primera ley regional que recoja estas áreas.

Más en clave de prevención. Se define el «paisaje mosaico», que, en un territorio forestal, inserta usos agrícolas, ganaderos o forestales, generando «discontinuidades en la biomasa». Para su desarrollo, Medio Rural apuesta por los «paisajes cortafuegos» —polígonos, masas forestales diversificadas, especies frondosas autóctonas, etc—. Se mantiene el sistema de fajas de seguridad, donde se ha de garantizar el cumplimiento de las distancias de especies arbóreas y la eliminación total o parcial de biomasa, pero por primera vez se habilita, mediante orden, su ampliación. Por otra parte, el conselleiro explicó que será la Xunta —ya no los concellos— la que asuma la planificación preventiva a nivel de distrito.

Otra novedad que trae la ley es que se podrá requerir a titulares de equipos de videovigilancia, como parques eólicos, el material del que dispongan. E incluso, en concesiones y nuevos proyectos en zonas sensibles, se podrá solicitar que se instalen esos medios.