Galicia refuerza el frente común con Asturias en financiación autonómica

Para Rueda, una financiación puente, como se planteó en el turno de preguntas, solo supondría darle otra «patada adelante» al «balón» de la reforma del modelo. Lo que necesitan ambas comunidades, enfatizó, y las que se encuentran en una situación similar en términos de despoblación, envejecimiento y dispersión, es «tener una financiación autonómica acorde con lo que nos supone prestar» un «servicio» público, véase la sanidad.

«No se trata de confrontar personas ni territorios, sino de ofrecer idénticos derechos y oportunidades a todos los ciudadanos con independencia del lugar en el que residan. Un mismo catálogo y unos mismos estándares de calidad (...). Este habría de ser el punto de partida, tal como dispone la Declaración de Santiago del 21 de noviembre de 2021 que sigue plenamente vigente y a ella nos remitimos», se lee en la ‘Declaración de Taramundi’ suscrita por ambos mandatarios.

Tanto Rueda como Barbón pusieron en valor aquel pacto suscrito por nueve gobiernos autonómicos, con Alberto Núñez Feijóo, entonces al frente de la Xunta, como gran muñidor. Barbón quiso ser «tajante» al insistir en que no acepta primar el criterio del número de habitantes, que perjudica a Asturias y Galicia. Eso sí, moverá ficha después de las elecciones del 28-M; si sale reelegido, su «primera exigencia» al Gobierno será que se reactive la negociación de la financiación autonómica.

En el anterior encuentro entre ambos líderes autonómicos, en octubre del año pasado en Santiago, tanto Rueda como Barbón no se mostraron precisamente optimistas al hablar de sus expectativas de que se ‘abra el melón’ de la financiación a corto plazo. Pero ambos dirigentes siguen considerándolo un elemento prioritario. Como dijo ayer Rueda, «elevar la voz de alarma sobre la cuestión demográfica», como hicieron ambos en el encuentro bilateral ‘Avanzar xuntos’, ya supone «un primer logro».

Pero se trata de hacer fuerza para implicar a otras administraciones. Y esto se plasma, negro sobre blanco, en «exigir» —el verbo es de Barbón, no aparece en el acuerdo— «que el Gobierno central solicite a la Unión Europea que tenga en cuenta aspectos fundamentales como el envejecimiento y el sobreenvejecimiento, la dispersión poblacional o la baja natalidad a la hora de ampliar el concepto de ‘zona escasamente poblada’». Como recordó el presidente asturiano, quien puede entablar este tipo de negociaciones no son los ejecutivos autonómicos, sino los gobiernos de los países miembros. Rueda recordó que están en juego «privilegios» en términos de beneficios fiscales, intensidad de ayudas y menor cofinanciación de los fondos que se reciben de Europa. «Tienen que darse cuenta», advirtió, de que «aquí nos cuesta más prestar los servicios», en alusión a Galicia y Asturias; y que por tanto, defendió, «no nos pueden pedir una cofinanciación al 30%» como a territorios donde esa prestación «cuesta menos».

No fue el único entendimiento de Taramundi. De la mano de Castilla y León, Galicia y Asturias solicitarán la «reunión específica» con el Ministerio de Fomento que ha venido demandando Rueda, para hablar del corredor noroeste de mercancías, desgajado del Corredor Atlántico, para que tenga un «tratamiento propio». No faltaron ayer las alusiones a la importancia de «tejer alianzas» a la hora de que resuenen con más fuerza las reivindicaciones. Apenas cuatro días antes, en Vitoria, ambos se aliaron con sus colegas vasco y cántabro para dar forma al ‘lobby’ del norte.

En lo que a Galicia y Asturias se refiere, ambas comunidades han decidido institucionalizar sus encuentros, que pasan a ser anuales, con sede alternativa, por lo que el próximo, en 2024, se celebrará en Galicia. Con invitación a unirse a otras administraciones, universidades, organismos o entidades.