Sánchez sigue sin comprometerse con el AVE desde Vigo a Portugal

Lo recordaba el presidente gallego, Alfonso Rueda, antes de que ambos compareciesen, en su propia intervención ante la prensa, en San Caetano. Sin embargo, no se abordó la conexión de la alta velocidad entre Oporto y Vigo. Después de que Portugal haya dejado clara su intención de llevarla hasta la frontera, sigue sin producirse el compromiso del Gobierno de hacer lo propio desde Vigo hasta el Miño antes de la próxima década. Lo decía Rueda: «para acordar hacen falta dos partes»; y si no se puso este tema sobre la mesa, advirtió, «seguro que no fue» por falta de interés y compromiso de Portugal.

Ya en octubre, el primer ministro luso, António Costa, presentaba la línea que pondría a Vigo a 50 minutos de Oporto en 2030, frente a las dos horas y media actuales. La apuesta portuguesa es firme: la unión transfronteriza ha de ser más estrecha a lo largo del Atlántico que hacia el interior peninsular, pues casi el 50% de los movimientos de personas entre España y Portugal se hacen entre el norte del país vecino y Galicia. Por el contrario, el Gobierno central se mantiene enrocado en potenciar el ferrocarril de alta velocidad entre Madrid y Lisboa. Hace unos meses, el presidente de la Xunta ya había afeado que este año los Presupuestos Generales del Estado solo recogen 30.000 euros para la conexión de Vigo con la frontera portuguesa.

Volvió a hacerlo este miércoles, cuando instó a «corregir una dotación absolutamente ridícula», en consonancia con un discurso en el que no ocultó su malestar. Desde el comienzo de su respuesta, a la pregunta de las expectativas de la Xunta ante la Cumbre, dejó patente la disconformidad del gobierno gallego, tras constatar que «ni siquiera», a diferencia de cumbres pasadas, se preguntó a la Comunidad, en tanto transfronteriza, si tenía «algún tema que aportar» o «sugerencia», para incorporarlo a las cuestiones a debatir. Después podría ser incorporado o no; y materializarse un acuerdo o quedar en nada. Pero ni eso, censuró Rueda, «ningún tipo de requerimiento o petición por parte del Gobierno».

Y Galicia, que ya quedó con mal sabor de boca de la cumbre previa en Viana do Castelo, el pasado noviembre, habría enfatizado la «necesidad de que España haga su parte» para conectar la frontera con la alta velocidad. «Espero que sea uno de los temas tratados», subrayó Rueda. Pero no hubo suerte.

Lo que sí se trató en el encuentro entre Costa y Sánchez fue el compromiso «a impulsar las actuaciones de nueva infraestructura contempladas en la Red Transeuropea de Transportes, en especial el Corredor Atlántico», según recogió Ep. Otro asunto que también resulta prioritario para la Xunta y de plena actualidad en las últimas semanas. Después de, en enero, encontrarse con los presidentes asturiano y castellanoleonés para pedir más inversión en la esquina Noroeste del Corredor, Rueda reivindicó a principios de semana, de la mano de los mandatarios asturiano, cántabro y vasco, la importancia de las conexiones con Europa por ferrocarril a través de Francia. Y desde Galicia siempre se puso en valor el papel del país luso como aliado. Es más, cualquier conexión que Portugal quiera hacer con el resto de Europa, tiene que ser a través de España. Por eso la insistencia desde Galicia en convertirse en el principal nexo de unión entre ambos países.

El lunes, durante la reclamación de los presidentes del Cantábrico hacia Francia para que implemente la alta velocidad hacia el País Vasco, Rueda defendía a Portugal como «unos aliados potentes» para la «conexión por la cornisa cantábrica».

En relación estrecha al tema de las conexiones por ferrocarril está el de la energía renovable, concretamente, el hidrógeno verde. En Galicia son varios los proyectos llevados a cabo por diversas compañías con el objeto de situar a la Comunidad como referente nacional. Este miércoles, en la Cumbre, quedó negro sobre blanco que España y Portugal «seguirán trabajando» para «convertir a la Península Ibérica en un exportador neto de hidrógeno renovable».