El accidente de Santiago reconstruido por la Policía científica: de la llamada del interventor al descarrilamiento

Sobre la grabación, y siguiendo el recorrido del tren en los últimos kilómetros hasta su descarrilamiento, los agentes van sobreponiendo gráficos y leyendas con anotaciones de la velocidad de paso del convoy y de las señales y balizas a su paso. El vídeo remata con una recreación en tres dimensiones de la posición concreta en la que quedaron cada uno de los 13 vagones del Alvia después de descarrilar en la curva de Angrois, muy cerca ya de la estación de Santiago de Compostela.

El juez instructor tiene claro que la supuesta causa «directa» e «inmediata» del accidente fue «el exceso de velocidad derivado de una conducción negligente» del maquinista, Francisco Garzón Amo. Tal y como recrea esta reconstrucción policial, el tren entró en el túnel que precede a la curva de Angrois a 195 kilómetros por hora y descarrila a 179 km/h, cuando la velocidad permitida en ese tramo era de 80.

Fue fruto de una «conducción desatenta» del conductor, derivada de una llamada del interventor -para tratar por qué vía entrar en la estación de Pontedeume (La Coruña)-, que «se prolonga más de lo estrictamente necesario». El maquinista, y así se ilustra en esta reconstrucción, obvió el cartel de aviso de modo ASFA del PK 80+803 y rebasó la señal avanzada E'7 sin reducir la velocidad.

Pero en la vista oral que comenzará este miércoles en la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela, el maquinista no se sentará solo en el banquillo de los acusados. Le acompañará Andrés Cortabitarte, exjefe de seguridad de Adif, la empresa responsable de la gestión y mantenimiento de la infraestructura ferroviaria. La investigación constató que Adif no había hecho una evaluación integral de los riesgos de esa curva -en eso se pusieron de acuerdo todos los peritos-. Y el juez concluyó, después de una larga y compleja instrucción, que esa evaluación integral no solo hubiera sido recomendable sino también necesaria. «Adif no cumplió con dicho deber, habiendo tolerado la exportación de dicho riesgo al maquinista sin efectuar una previa valoración integral de la línea que protegiese a los usuarios frente al posible fallo humano», argumenta el juez en una de sus resoluciones.