Feijóo tilda de «violencia política» haber impedido que La Vuelta terminase en Madrid

Las palabras del líder conservador no llegan en un momento casual: la polarización invade todos los espacios de la conversación pública y el asesinato de Charlie Kirk, un activista defensor de Donald Trump hace solo unos días en Estados Unidos ha amplificado todavía más el debate. De hecho, Feijóo dedicó buena parte de su discurso a cargar contra la actitud política del Gobierno de generar enfrentamientos constantes entre la ciudadanía - «su única estrategia es dividir», acusó el líder de la oposición. Y aseguró que «se puede repudiar lo que ocurre en Gaza sin tener que ser felicitado por Hamás o caer en el antisemitismo» y que «se puede condenar la violencia y el asesinato sin peros ideológicos ni matices» en clara alusión a la muerte de Kirk.

Feijóo, que ya había sido muy duro el lunes a primera hora durante un desayuno que compartió con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, repitió delante de los principales cargos de su partido que «el todo enfrentado y roto» que persigue Sánchez «es un método» que ha convertido a la política española en «un foco de toxicidad».

En el PP consideran que lo ocurrido en La Vuelta es «un ejemplo más» de las divisiones que quiere provocar el Gobierno. «No es todo conmigo o todo contra mí. La discrepancia entre compatriotas es sana. Y la inmensa mayoría de españoles vive sin etiquetas ni bloques. Ahí va a estar el PP», avanzó también a los suyos pidiendo «sentido común» y negando, ante las críticas de estos días sobre si al partido le cuesta o no fijar una posición contra Israel y ante la masacre en Gaza, que se trate de «indefinición o indecisión».

El líder del PP considera que es el Ejecutivo el que alentó las protestas que no fueron pacíficas en la ciudad de Madrid y que terminaron forzando un parón sin precedentes. «Un presidente no puede alentar disturbios en su propio país por muy acorralado que esté por la corrupción. No tiene límites y usa cortinas de humo y hasta crisis humanitarias, como la de Gaza, para tapar los casos de corrupción que le afectan», llegó a decir Feijóo a primera hora el lunes, reprochando al presidente haber utilizado la Marca España en beneficio propio para huir de «sus propios problemas».

El líder popular aseguró que «la libertad de expresión es legítima», igual que las manifestaciones, «pero que no pueden confundirse con un boicot a La Vuelta que pone en riesgo la vida de las personas». Feijóo aseguró también que está en contacto con los sindicatos policiales que representan a los políticas que ayer formaban parte de un dispositivo que para el PP fue «del todo insuficiente». «Les aseguro que el nivel de indignación es enorme, igual que la tristeza. Se han sentido solos. No han tenido apoyo del Gobierno. Y a un presidente hay que pedirle que tenga algún límite, que respete a los ciudadanos, a la Policía y a nuestra reputación institucional».

El líder popular despertó muchos aplausos de su partido cuando cargó con dureza contra Televisión Española, «que solo le queda de pública que la pagamos con nuestros impuestos». «Ya no es una televisión pública, sino un aparato propagandístico que arrincona a los buenos profesionales. Ni disimulan, ni informan. Solo propagan», afirmó.

Volvió a defender que si consigue llegar a la Moncloa «llevará a cabo una limpieza total» y tras reiterar que España necesita con urgencia un cambio político profundo, dejó claras sus dos condiciones: «No conceder un milímetro de terreno a este Gobierno en nada, manteniendo la guardia alta; y no conceder un milímetro de terreno a nadie que no crea en ese cambio», que se interpretó como un recado velado a Vox. Este lunes ABC publica una encuesta en la que el bloque de la derecha suma 198 escaños con el PP en cabeza, pero estancado en los 137 diputados de hace dos años y un Vox disparado con 61 parlamentarios.