El Congreso avala el uso de las lenguas cooficiales entre críticas de PP y Vox, que apuntan a la amnistía

El PP y Vox han coincidido esta vez en la estrategia, aunque con grandes diferencias formales y discursivas, y han explicado la reforma aprobada este jueves como una nueva cesión al independentismo catalán y como antesala de la amnistía, que se empieza a dar por hecha. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, dijo este miércoles en Nueva York, años después de catalogar el 'procés' como «rebelión», que lo que fue una «crisis política» nunca debió responderse con la «acción judicial».

El popular Borja Sémper, que tras sus críticas por usar el euskera en la anterior sesión ha empelado solo el castellano, ha preguntado a la bancada socialista con qué Sánchez está de acuerdo: con el de la «crisis política» o con la de la «rebelión». Esta vez, el portavoz socialista en el debate ha sido Marc Lamuà, diputado del PSC, que ha intentado redirigir la discusión a los pactos del PP con el nacionalismo en el pasado: desde el «catalán en la intimidad» del expresidente José María Aznar para «cortejar» a Jordi Pujol, hasta la «amnistía» que, según él, le ofreció el también expresidente Mariano Rajoy a los separatistas cuando prometió no aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña si no había declaración unilateral de independencia.

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El debate ha comenzado con la discusión de enmiendas. Una del PNV, para que todas las leyes que se aprueben en el Congreso sean publicadas en todas las lenguas cooficiales con carácter de versión auténtica —la única aceptada—; tres del PP, para suprimir los cambios planteados por la izquierda y el nacionalismo y dejar el Reglamento tal y como estaba ahora; y una de totalidad de Vox, para que se recoja por escrito que el español debe ser el único idioma que se utilice en la Cámara Baja. La enmienda a la totalidad de Vox solo ha contado con su apoyo —el PP se ha abstenido—, mientras que las tres de supresión del PP sí han cosechado el respaldo de la formación de Santiago Abascal.

La primera en intervenir ha sido la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, que ha pedido «responsabilidad» al PP para que use su mayoría absoluta en el Senado para reforma su Reglamento y que, al menos ahí, solo se pueda hablar en castellano. Pero la dureza la ha reservado al PSOE, al que ha acusado de tener como único plan «el poder a toda costa». Incluso Pilar Calvo (Junts) ha echado en cara a los socialistas que hagan esta reforma por necesidad, para atraer los votos de ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG a una futura investidura de Sánchez, y no por convicción.

«La única voluntad del PSOE es sucumbir a los separatistas, porque ellos marcan la agenda y ustedes recogen sus votos. La amnistía que ocultan con eufemismos y con periodistas a sueldo deslegitima y desmonta el Estado de derecho», ha afirmado Millán, y ha añadido —en alusión a las acciones de la Generalitat de Cataluña para incumplir las sentencias judiciales que obligan a que al menos el veinticinco por ciento de las horas lectivas en las escuelas se den en castellano—: «Hablan de persecución a las lenguas cuando ustedes y sus socios han practicado el 'apartheid' lingüístico impidiendo que los padres puedan educar a sus hijos en español».

Más comedido, pero con una oposición frontal a la reforma como ataque a «lo común», esta vez Sémper sí ha levantado el aplauso unánime de su bancada con su intervención. Centrado en señalar las incoherencias del PSOE —aunque son varios los portavoces que le han recordado a él su repentino 'olvido' del euskera—, el diputado del PP ha recordado a los socialistas que aunque hoy se indignen con la posición popular, en junio del 2022, hace algo más de un año, el PSOE votó junto a los populares en contra de incorporar las lenguas cooficiales al Congreso. «¿Cuál es el límite para que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno? Suena a exótico decir que un cambio de las reglas del juego debería contar con el primer partido de la cámara, con el ganador de las elecciones», ha dicho.

«Sánchez empezó pactando con quienes desprecian la Constitución y se referían a los socialistas como el partido de la cal viva. Luego indultó a los separatistas. Ya no basta. Ahora hay que cavar con la amnistía. No basta con el 'procés' en Cataluña, hay que exportar la división al resto de España. Esto que debatimos hoy es el pago de una parte. Antes de seguir caminando por esta senda, diputados socialistas, les pido que reflexionen sobre lo que van a hacer ustedes hoy y sobre el pago que les van a exigir mañana. ¿El poder lo justifica todo?», ha preguntado Sémper, ovacionado por su partido.