Las lenguas cooficiales evidencian la brecha entre PP y Vox, y Abascal exige 'vendetta' en el Senado
Los diputados utilizan ya el catalán, el euskera y el gallego, incluso antes de aprobarse la reforma de su Reglamento
El Congreso da el primer paso para blindar su uso
Madrid
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Iniciar sesiónPinganillos y subtítulos. Como si del Parlamento Europeo o de Naciones Unidas se tratase, los diputados españoles abrazaron este martes el uso de traductores en el Congreso y claudicaron ante las imposiciones nacionalistas. La sede de la soberanía nacional vivió su primera sesión ... multilingüe, a pesar de la existencia de un idioma común compartido por toda la nación: el español.
La Cámara Baja dio luz verde –con una mayoría absoluta que volvió a unir a izquierda y nacionalismo– a la toma en consideración de la reforma del Reglamento, precisamente, para que se permita el uso de las lenguas cooficiales. También avaló su debate en lectura única, por lo que la modificación reglamentaria será aprobada definitivamente este jueves, menos de 48 horas después de que se acepte su discusión. Hasta este miércoles a las seis de la tarde, los grupos podrán registrar enmiendas.
El PP y Vox se quejaron del procedimiento, pero la presidenta del Congreso, Francina Armengol, despachó sus lamentos haciéndoles caso omiso, siguiendo la doctrina de su predecesora, Meritxell Batet. La derecha, también enfrentada entre sí, protestó por el fondo y por la forma, y por la curiosa inversión del orden de aplicación del derecho. Y es que ya este martes, catalán, euskera y gallego se hablaron con normalidad –con un funcionamiento impecable de la traducción simultánea–, incluso antes de aprobarse la reforma destinada a su empleo.
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Había pantallas en el hemiciclo con subtítulos, petacas con pinganillos en los escaños de sus señorías y varios canales en las televisiones de las cabinas de prensa, para que los periodistas eligiesen si ver la sesión limpia con la voz de los diputados o narrada por un intérprete. Así transcurrió la primera mañana de traducción 'inter pares'.
Críticas despachadas
Cuca Gamarra, al inicio de la sesión, casi de forma testimonial, pidió que se aplazase el uso de las lenguas cooficiales hasta que la reforma esté aprobada. Armengol lo rechazó y limitó el debate a la Mesa del Congreso –donde la mayoría de PSOE y Sumar ya había acordado que desde este martes se hablase en la lengua deseada–. El socialista José Ramón Besteiro subió a la tribuna de oradores y se arrancó en gallego. La bancada de Vox se removió en sus butacas y Pepa Millán, su portavoz, protestó enérgicamente. Armengol le instó a no interrumpir y los diputados de Vox abandonaron el hemiciclo dejando, uno a uno, sus equipos de traducción en el escaño vacío de Pedro Sánchez –estos martes y miércoles en Nueva York, en Naciones Unidas–. El PP se quejó de palabra y Vox, de acción.
Míriam Nogueras (Junts) apunta que dentro de unas semanas tocará hablar del «derecho de autodeterminación»
A partir de ese momento intervinieron todos los grupos proponentes (Socialista, Plurinacional Sumar, Republicano, Bildu, Vasco y Mixto) y les siguió el PP, que reclamó usar el turno en contra. Cerraron el debate, tras réplicas y contrarréplicas entre los anteriores, Míriam Nogueras (Junts) y Pepa Millán (Vox), cuyo partido tuvo presencia en la sesión como el Guadiana: se retiró cuando hablaba el PSOE, volvió en el turno de Unión del Pueblo Navarro, se marchó de nuevo al escuchar al popular Borja Sémper hacer pinitos en euskera y regresó definitivamente cuando le tocaba hablar.
Entrando ya en el contenido del debate, Besteiro, en un ejercicio de amnesia voluntaria, olvidó que hace no tanto, la pasada legislatura, el PSOE, su partido, defendía exactamente lo mismo que este martes el PP. Él es gallego, diputado por Lugo, y a los socialistas les debió de parecer el idóneo para censurar al líder de la oposición y expresidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo: «El rechazo del PP me resulta tan incomprensible como doloroso. Me duele que el partido que gobierna en Galicia quiera impedir que se hable en gallego en esta cámara».
«El presidente de mi partido habla en dos idiomas. Estableció políticas lingüísticas sin caer en la confrontación. El señor Besteiro se dolía, mostraba desgarro. No se ha dolido ni se ha desgarrado nunca en la historia reciente cuando el PSOE ha votado lo mismo que nosotros», replicó Sémper a Besteiro, en una intervención en la que usó frases en vasco para pedir que, en el Congreso, solo se hable español.
La paradoja del PP
La paradoja de Sémper desorientó a Vox, que dio la segunda espantada de la mañana, y provocó que en su segundo turno tuviese que explicar que se había limitado a hacer lo que ya permite el Reglamento: usar expresiones o frases cortas en otros idiomas siempre que se expliquen o se entiendan. El PP, con su postura de este martes, quiso dejar claro que su problema no son las lenguas cooficiales, que respeta y defiende, sino que Sánchez compre «las componendas independentistas».
Diputado del PP
Borja Sémper
«Quienes desprecian lo común tienen demasiado protagonismo»
Diputado del PSOE
José Ramón Besteiro
«El rechazo del PP me resulta tan incomprensible como doloroso»
Portavoz de Vox en el Congreso
Pepa Millán
«El PSOE se va a convertir en el brazo ejecutor de una medida que rechazaba»
Portavoz de Sumar en el Congreso
Marta Lois
«Hay en juego dos ideas: la pluralidad o la visión de enemigos internos»
Besteiro, oportuno, recordó a los populares que también criticaron la llegada de las lenguas cooficiales al Senado, pero que no hicieron nada con su mayoría absoluta para suprimir su uso. En Génova defienden ahora que son situaciones distintas, porque la Cámara Alta, además de guardar una índole territorial, representa también a los parlamentos regionales a través de los senadores por designación autonómica. En el Congreso, sin embargo, el PP reivindica aún que solo se hable el castellano. El problema para los populares es que Santiago Abascal movió ya ficha después del pleno y exigió una 'vendetta' en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, para que al menos ahí se emplee solo el español.
La portavoz de Sumar, Marta Lois, criticó en gallego: «La España que representa la minoría es la España en blanco y negro que históricamente ha hecho fracasar a nuestro país». A ella le siguieron diversas voces críticas con el PP y con Vox. Gabriel Rufián (ERC), en catalán, reprochó a Sémper que afirmase, en relación al empleo de lenguas cooficiales en el Congreso, que su partido no iba a hacer «el canelo»; Mertxe Aizpurua (Bildu), en euskera, señaló su lengua propia como demostración de la existencia de «la nación vasca»; Joseba Agirretxea (PNV), también en vasco, reclamó que esta lengua se use en toda la administración del Estado en el País Vasco, para que no se les trate «como a extranjeros» en su tierra.
Pero la más beligerante fue de nuevo Nogueras, cuyo partido no firmó la iniciativa lingüística pese a ser una exigencia para la constitución de la Mesa y para la investidura de Sánchez. La independentista, que antes del pleno se negó a responder en español a la prensa en un espacio donde no había habilitada traducción, advirtió que dentro de unas semanas tocará hablar «del derecho de autodeterminación».
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