La hostelería contiene sus precios a los turistas a pesar de la inflación por «miedo a perder clientes»
Algunos establecimientos cierran por falta de camareros y otros se lo plantean por el coste de la luz en un sector de «supervivientes» en la Costa Blanca alicantina
El «robo eléctrico» asfixia al sector turístico: facturas de luz de 10.000 euros en julio para un bar y 50.000 para un hotel
La reforma laboral de Yolanda Díaz perjudica a los camareros en plena temporada alta del turismo
ALICANTE
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Iniciar sesiónLos hosteleros han vuelto a cifras de llegada de turistas comparables al verano de 2019 -antes de la pandemia del coronavirus- aunque la imagen puede resultar un poco engañosa porque no se traduce directamente al hacer caja. La inflación desbocada, sobre todo la ... energía eléctrica, no la están repercutiendo en sus precios al consumidor final «por miedo a perder clientes«.
Así lo resume María del Mar Valera, presidenta de la Asociación Provincial de Empresas de Hostelería de Alicante (APEHA), en un balance provisional de impresiones de los profesionales un tanto agridulce.
Como reza el tópico de que en ocasiones se puede «morir de éxito», la afluencia de visitantes, incluido el lleno del puente festivo del 15 de agosto, el primero en 30 meses, coincide con un escalada de los costes igualmente histórico. «Muchos asociados hablan ya de que la situación es insostenible, sobre todo con el precio de luz, e incluso se habla de cerrar negocios«, subraya.
Y la reacción lógica sería elevar tarifas para compensar, pero nadie se atreve: «Evidentemente, los precios al consumidor han tenido que subir, pero no en comparación con las subidas que repercuten en nuestro negocios por miedo a perder clientes».
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) corroboran que, efectivamente, la inflación dobla de largo los incrementos que aplican en el sector, apenas un 4% de media en España.
Además, ahora los augurios de recesión internacional no tranquilizan a los profesionales en la Costa Blanca alicantina. «La verdad es que este año junio y julio han sido meses muy buenos, incluso mejor que en 2019, sin embargo agosto está siendo muy irregular, con muchos altibajos cuando siempre ha sido un mes de locos, ahora a la espera de cómo se comportará septiembre, estamos con un poco de miedo con el anuncio de tanta crisis que está por venir«, valora la presidenta de APEHA.
Mano de obra
Otro factor que no les ayuda es la escasez de mano de obra, que tanto debate suscita, aunque no es nuevo. «Hay dificultad para encontrar trabajadores en nuestro sector desde hace muchos años, la gente no quiere trabajar fines de semana ni festivos, aunque tengo que decir que no es solo nuestro sector el que demanda mano de obra, hay otros muchos sectores que se quejan de la falta de profesionalidad y las dificultades que tienen para encontrar gente«, resalta.
Hasta el punto de que en plena temporada alta y con la alegría que se ve en el mercado al menos en cuanto a movilidad de turistas, «algunos establecimientos han tenido que cerrar por falta de gente para trabajar», una realidad paradójica corroborada también por la Asociación de Restaurantes de Benidorm y Comarca (Abreca). Su portavoz, Alex Fratini, detalla que muchos han dejado sin abrir parte de sus terrazas y montan menos mesas por no poder atenderlas sin camareros suficientes.
En cuanto a las nuevas tendencias en el mercado y las estrategias de los profesionales para hacerles frente, Valera se muestra moderadamente optimista, con la perspectiva del pasado. «Yo siempre digo que somos un sector que estamos en continuos cambios, no me gusta la palabra reinventar, pero sí que somos capaces de estar adaptándonos continuamente a las necesidades del público y las circunstancias que vayan aconteciendo, somos verdaderos supervivientes«, apostilla.
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