Los funcionarios de prisiones valencianas condenan el crimen de Tarragona: «¿Dónde será el siguiente?»

Una protesta que también se ha llevado a cabo en a las puertas de la cárcel valenciana de Picassent, la más grande de España y una de las que más agresiones -catorce- registró el año pasado. «¿Dónde será el siguiente?», se cuestionan en un comunicado los sindicatos, al tiempo que exigen que se individualice la atención de los presos según el perfil que presentan.

Reclaman medidas urgentes para resolver cuanto antes estas deficiencias y lograr que los funcionarios de prisiones sean reconocidos como agentes de la autoridad. De esta forma, este tipo de acciones podrían «ser castigadas penalmente, en lugar de estar catalogadas como simples faltas administrativas», apuntan desde CSIF.

Precisamente, el pasado miércoles se produjo un incidente durante un cacheo rutinario en el Centro Penitenciario de Castellón II, situado en término municipal de Albocàsser. Uno de los internos propinó golpes, puñetazos y patadas a los tres trabajadores que estaban a cargo del servicio en ese momento y que tuvieron que pedir refuerzos para reducirle.

Uno de ellos sufrió cortes profundos en la frente y un pómulo, mientras que los otros dos presentaban heridas y rasguños en el cuello y en el pecho.