«Ni los camareros ni el resto de clientes tienen que soportar a unos niños maleducados»: la réplica de un hostelero a una familia
El debate sobre la «niñofobia» se abre en redes tras el intercambio viral entre unos padres molestos con el trato recibido por sus hijos y el dueño del establecimiento
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Iniciar sesiónLa queja de uno de los progenitores tras llamarles la atención a sus hijos en un bar («no son bien recibidos») y la respuesta del hostelero («ni los trabajadores ni el resto de clientes tienen que soportar los excesos de unos niños maleducados» ... ) acumula cientos de miles de reproducciones y ha suscitado un debate sobre la «niñofobia» que uno sienten y otros niegan.
El origen del conflicto, según se desprende del relato de ambas partes, se originó por la conducta de los menores y la forma más o menos severa de reprenderles por parte del personal del establecimiento. «Los niños no son bien recibidos, al menos por el que parecía el jefe/encargado», arrancaba el mensaje de protesta.
«Estuvimos tomando café y unos helados (apenas 10 minutos) y esta persona les gritó a los niños en dos ocasiones. Unos gritos totalmente desproporcionados y con muy mala actitud, cuando lo único que hacían es jugar en una máquina de gancho de regalos que precisamente es para los niños», ha relatado.
A continuación, ha calificado con insatisfacción la atención recibida: «Por no entrar en conflicto con esta persona, que tiene pinta de no tener la mínima empatía, simplemente recogidos y nos fuimos». Y ha concluido avisando de que no regresará: «Sólo quería comentarlo porque pienso que ese trato no es de recibo ni para un adulto y menos aún para unos niños. Por supuesto que no volveremos».
Se entiende que los niños son niños, pero los padres son los responsables de estar pendientes de ellos. pic.twitter.com/WXp3D4Pd80
— Soy Camarero (@soycamarero) June 25, 2023
En su réplica, el profesional tira de humor irónico. «Lamentamos mucho que no disfrutaran de su paso por nuestro establecimiento. Creemos que todo ha sido fruto de una confusión: la suya, quizá confundieron un bar-restaurante con un chiquipark, a donde les recomendamos que acudan en las próximas ocasiones en las que quieran tomarse algo desentendiéndose por completo de lo que hacen sus hijos», aconseja.
También narra lo ocurrido de forma muy diferente, no como un simple juego infantil: «Subidos a sillas y zarandeando y golpeando entre gritos (estos sí, ensordecedores y que molestaban profundamente al resto de clientes) la máquina del pulpo, tuvimos que llamar al técnico».
«Tumbaron la máquina de los regalos»
Más en detalle, explica que el funcionamiento de este dispensador de premios no consiste en «trampearla y tumbarla para que saque los regalos a la fuerza: se mete una moneda y con una mano se maneja un joystick que guía un gancho, de cuya pericia depende obtener el regalo».
Niega que les llamaran la atención dos veces, sino sólo una y «para que cesaran de causar daños en la propiedad ajena, y de comportarse como auténticos salvajes». También asegura que reciben a «multitud de familias con niños» habitualmente, si bien pocas veces han asistido a «comportamientos tan abusivos y maleducados» sin que progenitores «pusieran fin al desmadre».
El influencer valenciano Jesús Soriano se ha hecho eco con una opinión compartida por muchos de los comentarios generados, en los que se alude a la posible «niñofobia» con percepciones de que existe y de que no, que tal vez pueda tomarse como la conclusión más aceptada: «Se entiende que los niños son niños, pero los padres son los responsables de estar pendientes de ellos».
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