Los compañeros de clase de las gemelas de Sallent: «Alana se cortó el pelo y quería que la llamáramos Iván»
«Te has ganado el cielo, pequeña. Descansa en Paz», reza una pancarta a las puertas del inmueble donde vivían las hermanas que cayeron desde un tercer piso, en un caso que los Mossos están investigando
La menor fallecida quería someterse un cambio de sexo y ser llamada Iván
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Múltiples velas encendidas, un ramo de rosas y un cartel que resume el dolor de un pueblo: «Te has ganado el cielo, pequeña. Descansa en Paz». A primera hora de la mañana, el municipio de Sallent (Barcelona) despertaba todavía desgarrado por la tragedia ocurrida ... la tarde del martes. Dos hermanas gemelas de 12 años, Alana y Leila, se precipitaron desde el balcón del segundo piso de la calle Estación. Una perdió la vida al instante y la otra, todavía grave en el hospital, fue recogida por los servicios de emergencia sobre las cuatro horas.
Una de las vecinas de la familia, que es de origen argentino, aseguró a este diario que las niñas llevaban mucho tiempo recibiendo acoso en el colegio. Los padres de las menores, explica, se habían dirigido en múltiples ocasiones a la dirección del centro para quejarse de la situación, ya que las pequeñas regresaban muchos días «fastidiadas» a casa.
Preguntada por el posible 'bullying' en clase que podría haber causado su salto voluntario, la vecina, cuya identidad ha preferido no revelar, ha explicado que era algo generalizado, y que «en este pueblo si eres nuevo, o extranjero, no te aceptan». Fuentes de la Consejería de Educación de la Generalitat aseguraron de manera oficial a este diario que no se daba una situación de acoso escolar, algo que posteriormente los Mossos, también a este diario, desminitieron. Todas las hipótesis están abiertas, precisaron.
Sumidos en el dolor, jóvenes amigos de la familia de montaban guardia cerca de la puerta y vigilaban que todo el mundo guardase respeto y nadie incordiase a los allegados. Algún insulto dirigido a los curiosos enrarecía el ambiente de la calle, de por sí tranquila, donde únicamente destaca la peña barcelonista de la localidad y un club ciclista; los dos cerrados.
Las burlas se intensificaron, ha podido confirmar este diario, cuando Alana, la hermana fallecida, manifestó en el instituto que quería someterse a un cambio de género, y quería que la llamasen por su nuevo nombre, Iván.
Cambios en el patio para evitar problemas
Mientras, en el instituto Llobregat la consternación era generalizada. Alumnos de un curso superior al de las menores explican, desde la salida del centro, a ABC que el 'bullying' a las dos hermanas era algo generalizado en primero de ESO. «Se reían de ellas por su acento y la identidad sexual de Alana», apunta B., uno de los chicos, que recuerda que en numerosas ocasiones los profesores del centro cambiaban a las dos hermanas de patio (del de primero y cuarto de la ESO al de tercero y segundo) para evitar problemas.
«Era un grupo numeroso el que las acosaba, instigado sobretodo por tres chavales, que las llamaban 'las argentinas' y se reían de ellas por el acento», relata una compañera de B., frente al puente viejo de la localidad, que atraviesa el rio Llobregat en una bucólica estampa. «Las chicas tenían alguna otra amiga, pero en general se las consideraba conflictivas, y siempre que algo sucedía estaban ellas involucradas», explica la menor.
Este grupo de estudiantes sale cabizbajo del instituto, después de una durísima jornada enlutada por la tragedia. «Los profesores hoy nos han reunido a todos y han estado explicándonos la situación», asiente B., que reconoce que múltiples estudiantes del curso de las hermanas aseguran haberlas visto esta semana «especialmente relajadas», como tranquilas, y que se especula en el colegio que era algo preparado y que llegaron a despedirse de una compañera.
Sea como sea, desde el departamento de Educación de la Generalitat no confirman que se trate de un problema de 'bullying' y aseguran que el motivo que llevó a las niñas a saltar podría encontrarse en el entorno social y familiar de la familia. Una hipótesis que indigna a los vecinos de las hermanas, que entre gritos y lamentos aseguran -unos más fuerte que otros- que el Govern está mirando hacia otro lado y que «se trata al cien por cien de un caso de acoso».