Defensa de la democracia liberal

La democracia liberal surgió, se consolidó y se desarrolló frente a unos enemigos muy fuertes y terribles: el fascismo, el comunismo, el absolutismo, los totalitarismos, el colonialismo, etc. Cuando los enemigos están delante, el vigía cumple con su misión. Pero cuando todo parece asentado y sin problemas, la vigilancia se relaja y comienzan a surgir los problemas. La democracia está cuestionada por nuevas facciones y tendencias políticas por los populismos de uno y otro signo. Pero sobre todo está amenazada desde dentro por la desconfianza de los ciudadanos en la capacidad del sistema político para resolver los problemas y encontrar soluciones que permitan mejorar la vida de todos. Dicho con otras palabras, el ciudadano se ha convertido en un elemento pasivo y resignado a lo que digan los políticos. Es lo que se ha calificado como sociedad desleal a los principios de la democracia.

En España se está viviendo una situación extraña y anormal. Los mensajes tienen valor según quien los emita y en qué medio. Los partidos políticos se han convertido en un grupo guiado por un interés prioritario: conseguir el poder. La ley se ha convertido en la forma de autolegitimación del poder político. Los mecanismos de control del poder están siendo anulados para incrementar la hegemonía de los gobiernos. Las minorías son silenciadas, pero si se necesitan se magnifican para legitimar las decisiones del gobierno. La razón ha sido desbancada porque se utiliza y se abusa de la emoción y de los sentimientos. Se habla mucho de libertades, pero sólo de aquellas que favorecen a la parte que le interesa al poder. El pueblo, sumiso y engañado, se usa escudo de la democracia. Las opiniones individuales o partidistas se convierten en criterio de legitimidad. Todo esto lo único que nos produce es miedo. Miedo a que la democracia se vacíe de contenido y los nuevos políticos y gobernantes nos ofrezcan una democracia líquida, que destruye la separación de poderes, que organiza mayorías para evitar que otros partidos puedan gobernar, que impone una tiranía de la opinión pública desinformada y acrítica y que utiliza la violencia verbal o física para imponer su verdad, como la única posible.

Noticia Relacionada

un tiempo propio

Un año se va otro llega

Salvador Rus Rufino

Los parlamentos se han convertido en el lugar de choque entre facciones políticas que son incapaces de llegar a acuerdos que beneficien a todos. En Castilla y León las Cortes son una fuente de noticias inagotable, pero desgraciadamente no por la intensidad de los debates, sino por los gestos e insultos entre los procuradores. Éstos tendrían que reflexionar si su actitud beneficia a su partido político o lo perjudica. Los hechos muestran que un partido que busca la agitación y la confrontación pierde en las urnas el apoyo y la confianza de los votantes. Lo que exige nuestra responsabilidad como ciudadanos es un compromiso institucional y una fe en la democracia para desenmascarar y rechazar a todos los vendedores de humo y profetas del apocalipsis que tienen como único fin su encumbramiento personal.