Año de elecciones

Durante todas estas campañas electorales los partidos políticos deberían limitarse a exponer sus programas, a tratar de convencer a los votantes con propuestas que mejoren nuestras vidas y favorezcan el desarrollo. El clima político en España está tan enrarecido que la campaña electoral se va a consumir en criticar al rival, en vez de explicarnos qué quieren hacer si logran llegar al gobierno. Lo estamos viendo en el caso de la marea de pellets. Un caso que exige cooperación y lo que se aprecia es descoordinación y búsqueda de rédito político.

Todos los partidos se juegan mucho en estas citas electorales. Unos gobernar, otros mostrar la aceptación de sus políticas y otros intentar incrementar su número de representantes en los parlamentos para ser decisivos en el gobierno. En fin, todos buscan algo y pondrán los medios que estimen convenientes para conseguirlo. Esos medios no son reacciones violentas contra el adversario político, ni mentir para captar la voluntad del votante, ni insultar gratuitamente a otra formación política, ni ponerse al frente de un escrache a personas o a las sedes de partidos. Todos estos son comportamientos reprobables, antidemocráticos y totalitarios que por desgracia se han instalado en la vida política española.

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Salvador Rus Rufino

Las elecciones son la muestra de que todavía en España rigen los valores superiores de la Constitución de 1978. Se puede votar en libertad, se reconoce igual derecho a todos para votar, nadie es coaccionado para emitir su voto, justicia, y se acepta el pluralismo político como algo esencial y necesario en una democracia. Si en las campañas se pisotean y se arrinconan estos cuatro pilares de nuestro sistema político, estaremos provocando un grave daño a la convivencia entre los españoles y el futuro de la democracia será incierto.

De estas citas electorales sacaremos en claro dónde estamos y hacia dónde queremos ir. En las urnas se expresará con libertad la voluntad de los españoles que refrendarán unos proyectos y rechazarán otros. En junio el panorama se clarificará. Ante un horizonte de tranquilidad electoral, los gobiernos podrán planificar su actividad hasta las próximas elecciones.

Mediante la votación libre los ciudadanos podemos participar en el gobierno de su comunidad y, también, expresar nuestro apoyo o rechazo a proyectos y formaciones políticas con las que se está de acuerdo o se disiente. El día después de las elecciones hay aceptar el resultado y ponerse a trabajar para conseguir mejorar la vida de todos los ciudadanos no sólo de los que han votado al vencedor. Es el momento de gobernar para todos. Y una última pregunta, ¿habrá elecciones en Castilla y León y en Cataluña? Por ahora la respuesta es no. Pero los resultados de estos comicios pueden cambiarlo todo.