Polémica en Astorga por el «despropósito» del Ayuntamiento de habilitar por Halloween como 'Casa del Terror' el Museo Panero

«Raya en la provocación y el escarnio», subraya el escrito, rubricado por cerca de doscientas firmas, incluidas la de la propia familia Panero. Cargan contra la «caprichosa conversión de un ámbito concebido para el disfrute de la cultura en un espacio de celebraciones lúdico-recreativas, por completo ajenas al espíritu y fines que animaron la creación de este Museo«.

La queja llega después de que el Ayuntamiento de Astorga, una localidad leonesa de unos 11.000 habitantes, haya incluido en su programa para celebrar Halloween habilitar el Museo-Casa Panero -de titularidad municipal- en Casa del Terror. Es, de hecho la actividad destacada del programa, que también prevé en el mismo espacio un 'escape room' de carácter familiar entre el 28 de octubre y el 1 de noviembre. Con «plazas limitadas», según el cartel anunciador, está prevista para este sábado, 28 de octubre, a partir de las 18.00 horas y hasta las 20.00, con recomendación de tener al menos siete años, con entrada de cada diez minutos en grupos de entre cuatro y cinco niños.

«Queremos que la gente disfrute de las instalaciones públicas como este edificio, un gran castillo desconocido que tenemos que empezar a disfrutar», señaló la presentación del programa el concejal de Fiestas, Borja González.

Pero desde la Asociación de Amigos Casa Panero no comparten este propósito, pues, defienden, los objetivos con los que se creó este espacio museístico fueron «mostrar» a los vecinos de Astorga y visitantes «el impagable legado que dejaron en la ciudad algunos de sus hijos más ilustres«. Es el caso, citan, de Ricardo Gullón, académico de la Real Academia Española y Premio Príncipe de Asturias; Luis Alonso Luengo y José María Luengo, historiadores y etnógrafos; Evaristo Fernández Blanco, músico de la generación del 27; y los poetas del 36 Juan y Leopoldo Panero, además de la esposa de este último, Felicidad Blanc, y sus hijos Juan Luis y Leopoldo María Panero.

También el poeta peruano César Vallejo tiene un estancia dedicada en recuerdo de su estancia en la Casa en 1931 y en los mil metros cuadrados de superficie expositiva se conservan un buen de manuscritos, fotografías, documentos, libros, audiovisuales, esculturas y una colección de pintura donada por Javier de la Rosa y Charo Alonso, sobrina de Leopoldo Panero.

En el escrito de queja valoran que hasta ahora los fines con los que se creó el Museo-Casa Panero «han venido siendo respetados de modo ejemplar» con anteriores corporaciones municipales «al margen de cualesquiera diferencias políticas». Señalan, por ejemplo, que con Arsenio García -del PP, como el actual regidor, José Luis Nieto Martínez- se impulsó la financiación y musealización de la Casa, entre otras acciones.

Conferencias, presentaciones de libros, exposiciones, recitales, conciertos... forman parte de las actividades llevadas hasta ahora a cabo en este espacio.

«Por desgracia, esa admirable continuidad se ha visto rota por la actual corporación«, censuran, y apuntan al regidor. Critican que el presente equipo de Gobierno pretenda »sustituir« las anteriores actividades que, según dicen han calificado de »elititas«, por otras »de carácter populista y fiestero«. Como es el caso, señalan, »de la de tan dudoso gusto« de habilitarlo como 'Casa del Terror'.

Defienden que se trata de un espacio público «que, al igual que una biblioteca, un teatro o un auditorio, merece un respeto institucional y no debiera ser profanado y utilizado para actividades espurias, como esta de Halloween, para las que, hay en la ciudad otros lugares más idóneos«.

Y concluyen lamentando que «los niños y jóvenes a los que, tan alegre como irresponsablemente, se invita a ocupar este lugar emblemático de la cultura española, entren en él por vez primera para correr, jugar y divertirse, sin conocer ni apreciar los valiosos fondos que allí se albergan, enteramente ignorantes de la memoria y tradición cultural de la ciudad en la que han nacido y crecido«.

«Todo un dislate y un insulto a la educación y la cultura» concluye el escrito con la airada queja. Catedráticos y profesores de diversas universidades, escritores, artistas, periodistas y miembros de la Real Academia Española como Luis Mateo Díez, José María Merino o Clara Sánchez figuran entre los firmantes, al que que suman su nombre otros como el Premio Nacional de Poesía Antonio Colinas; el poeta Luis Alberto de Cuenca; la directora de la Compañía de Teatro Clásico, Helena Pimienta, o Luis Alberto de Cuenca.