El «mundo de fantasmas» de Celama vuelve a cobrar vida en Ciudad Rodrigo
El regreso de Teatro Corsario al universo mágico de Luis Mateo Díez abre la Feria de Teatro de Castilla y León
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Valladolid
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Iniciar sesiónEn 2002, recién cumplidos sus veinte años, Teatro Corsario apostó por afrontar nuevos retos. Su fundador y director, Fernando Urdiales, buscaba «agua en nuevos prados», así que decidió llevar adelante proyectos muy diferentes. Uno de ellos consistió en adentrarse en la adaptación de la novela ... de Luis Mateo Díez, 'El reino de Celama' –en realidad, tres títulos de una trilogía: 'El espíritu del páramo', 'La ruina del cielo' y 'El oscurecer'–: «Me encontré a una persona receptiva, respetuosa y modesta al máximo que, desde el principio, se mostró muy halagado con el proyecto», rememoraba el ya desaparecido Urdiales en el libro 'Teatro Corsario. 25 años' respecto a las impresiones del autor leonés sobre la «ambiciosa empresa» del dramaturgo. Así, mano a mano, Urdiales y Díez fueron tejiendo un montaje que con el tiempo cosechó varios premios, entre ellos la Mejor Adaptación Teatral de la Asociación de Directores de Escena de España. Por ello, cuando la compañía vallisoletana recibió una invitación para participar en un homenaje que el Instituto Cervantes y la Real Academia de la Lengua, entre otras instituciones, iban a brindar al escritor leonés por su 80 cumpleaños no lo dudó.
La idea de volver a Celama en una versión más reducida –no se podía prolongar más de 20 minutos para el acto que era– surgió por iniciativa de Ángeles Encinar, catedrática de Literatura Española en Saint Louis University en Madrid, y fue tal el éxito de esta «historia pequeñita» en aquel homenaje, hace ya casi un año, que «comenzamos a estudiar todas las posibilidades que tenía recuperar buena parte del texto original y convertirlo en una obra de teatro que pudiéramos volver a poner en escena», cuenta a ABC Jesús Peña, actual director de Corsario, días antes de que el estreno de 'Retorno a Celama' suponga, este 22 de agosto, la apertura de la Feria de Teatro de Castilla y León en Ciudad Rodrigo.
Recuerda el dramaturgo que fue tras un ensayo general del montaje celebrado el pasado marzo, al que asistieron responsables del certamen mirobrigense, cuando se les trasladó la «feliz» noticia de que la organización de la feria quería contar con ellos para abrir su XXVI edición. Una cita que llena de satisfacción a Corsario «porque siempre que nos han seleccionado un espectáculo para ser representado luego nos ha ido bien». A aquel pase, en la Casa de las Artes de Laguna de Duero (Valladolid), también acudió Luis Mateo Díez, quien reconoció su Celama en esta nueva versión: «Fue un encuentro feliz», rememora Peña.
Aunque el texto del que partían ya era una adaptación teatral y por lo tanto les facilitaba el camino, cuenta que su principal reto en esta ocasión ha estado en que la amplia galería de personajes de 'Retorno a Celama' están interpretados por solo cuatro actores: Carlos Pinedo, Clara Parada, Teresa Lázaro y el propio Jesús Peña. Algunos estuvieron ya en la primera versión, lo que también «facilita las cosas» porque «tienes una referencia, un punto de agarre». No obstante, detalla que «hubo que revisar absolutamente todo. Ver lo que más merecía la pena» y adaptar la obra al espectador contemporáneo: «En estos 20 años han cambiado mucho las cosas».
Cobra otro sentido
Aún así, el texto de Luis Mateo Díez gana ahora más sentido si cabe. Recuerda el intérprete y dramaturgo que la obra «es una gran metáfora sobre la desaparición de las culturas campesinas que nos lleva, con estremecimiento y con humor, a lo más hondo y misterioso del corazón humano». «La situación es muy curiosa porque cuando este montaje se estrenó, el tema de la despoblación, de la España vaciada, no tenía la enorme importancia que tiene hoy. Ahora parece que todo cobra otro sentido y es más oportuno». No obstante, aclara que el autor leonés no quiso nunca hacer «una especie de reivindicación de la vida de los pueblos (...) Se limita a ser testigo de la vida de unos personajes. Lo mira con cierta distancia y lo llena de humor». Un temple del que se empapa la adaptación teatral, cuyos protagonistas son los 'habitantes' de un cementerio «que recuperan las historias de su vida».
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Para recrear ese «mundo de fantasmas», Corsario vuelve a la música de Juan Carlos Martín del primer montaje. También utiliza gran parte del vestuario y algo de la escenografía, aunque en este caso «sí que se han ampliado elementos que estaban esbozados y ahora tienen mucho más protagonismo». Lo que sí han cambiado completamente es la iluminación. Tras su estreno en Ciudad Rodrigo, la obra tiene ya otras siete paradas fijas, que la compañía tendrá que compaginar con otro estreno en ciernes, 'El alcalde de Zalamea', una apuesta a lo grande de la compañía vallisoletana con la que el Teatro Calderón echará a andar su programación de temporada pasadas las fiestas de la ciudad.
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