La Molinera: un desalojo con historia
La antigua harinera de Valladolid que fue hotel de lujo despide al colectivo que la 'okupó' hace cinco años
Así ha sido el desalojo de La Molinera
M. Gajate
Valladolid
A orillas del Pisuerga, durante más de un siglo fue sede de una fábrica. En 2006 cerraría sus puertas para abrir un nuevo capítulo rocambolesco de su historia en el que este edificio declarado Bien de Interés Cultural albergaría primero un hotel de lujo y ... después se convertiría en sede okupa de un movimiento social. La antigua harinera de la Perla ha despedido este martes a sus últimos moradores, el colectivo de La Molinera, que bajo orden judicial dice adiós a un edificio sellado ahora cal y canto.
Durante siete años la harinera situada entre las avenidas de Gijón y Salamanca acogió el hotel Marqués de la Ensenada, pero en 2017 sin previo aviso «el propietario original, se marchó, cerró el hotel de un día para otro, dejó a los trabajadores tirados, se fue a paradero desconocido y durante un tiempo estuvo negando ante la justicia ser el propietario, para no responder de los hechos ilícitos que había cometido», denunciaba hoy el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. Durante meses permaneció cerrado con comida pudriéndose entre sus muros y siendo presa de incendios e inundaciones.
En junio de 2018 los activistas entraron en las instalaciones alegando como hicieran ayer tras el desalojo que «por encima de la propiedad privada tiene que estar el bien común» y que ese edificio que entendían era la «joya de la corona de la especulación» debía «dar solución a la necesidad de espacios autogestionados al servicio de la juventud comprometida». Desde entonces han pasado casi cinco años de periplos judiciales contra la ocupación en la que la antigua harinera ha cambiado dos veces de manos -el inmueble salió a subasta y se adjudicó primero a un fondo y ahora a una empresa con sede en Zamora- y en la que incluso hubo un fallido desalojo que apenas duró dos horas.
Fue el 21 de marzo, poco antes de las once de la mañana, con un importante dispositivo policial. Dentro no había nadie y se llevó a cabo la efectiva posesión del mismo por parte de los propietarios, pero tan pronto se replegó el dispositivo el movimiento que había ocupado el espacio volvió y alegando que no habían presentado una orden y tras discutir con los representantes de los nuevos dueños volvieron a tomarlo «con vocación de permanencia», recogía la sentencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid condenaba a dos de los 'okupas' por usurpación y daba cinco días para abandonar voluntariamente el edificio o se procedería de forma «forzosa» e «inmediata».
Pese al término se sabía que los recursos contra dicho fallo retrasarían su ejecución. En diciembre la sentencia fue ratificada por la Audiencia de Valladolid y ya firme cerraba la vía judicial que había dilatado el desalojo, que los miembros de la Molinera avanzaron que no harían de forma voluntaria. A principios de mes se daba el último plazo de veinte días y este martes se iniciaba la evacuación forzosa.
El juzgado da un plazo de veinte días a los okupas para el desalojo forzoso de La Molinera en Valladolid
ABCLa notificación advierte que de no efectuarse, conllevará la intervención de la Policía Nacional y la Policía Local
A las 4.30 de la mañana una treintena de agentes entraban en el edificio en cuyo interior hacían guardia dos personas. Su presencia no «tenía la finalidad de impedirlo. Sabíamos que era imposible», ha explicado uno de ellos, Jorge Lebrero, quien junto con su compañero se subía al tejado a encadenarse en la línea de vida con el ánimo de mantener «hasta el final» su postura y «no ceder» ante la decisión judicial. No querían, dice, «entregar las llaves«. Mientras, lanzaban la alerta y llamaban a sus compañeros a apoyarles a pie de calle. Poco a poco de madrugada varias decenas de personas llegaron al lugar.
La autoescala de los Bombero elevándose sobre sus cabezas ponía fin al periplo del colectivo en la antigua harinera. Esta vez, el operativo no se replegaba. Una empresa de seguridad se encargaba de sellar todas las puertas y ventanas para garantizar que no ocurriera como hace un año.
Los miembros de La Molinera no han traspasado esta vez el perímetro. No descartan posibles ocupaciones y han asegurado sentirse orgullosos de haber sembrado la «semilla para otras luchas», tal y como han reclamado sin incidentes y de forma «pacífica» en una rueda de prensa frente al que fue su hogar y del que apuntan que han sido expulsados con un despliegue «impropio» tras el que han convocado a una manifestación este mismo martes en defensa de los que aseguran que es un «ejemplo» de que «el empoderamiento juvenil en la dirección acertada es capaz de hacer grandes cosas».
Manifestación
Ya por la tarde, alrededor de 150 personas reivindicaron en una manifestación por las calles de Valladolid la gestión del centro. Durante la protesta hicieron un llamamiento a acudir este domingo a la celebración del Día de la Comunidad en Villalar de los Comuneros para apoyar al movimiento comunero y «la defensa del bien común». También advirtieron de su temor a que el destino del edificio «pueda ser la especulación o el abandono» tras su compra por la empresa denominada Zángano. Aunque el edificio y el centro social se pierda, «la gente de La Molinera estará en todas las luchas sociales justas de Valladolid», informa Ical.
Así ha sido el desalojo de La Molinera en Valladolid
ABCTras casi cinco años de ocupación, la policía se desplegaba esta madrugada en la antigua harinera para dar respuesta al mandato judicial
«Con el máximo respeto por la propiedad privada», «cuando el Juzgado ha estimado que tenía que proceder al lanzamiento, lo ha hecho y poco más que decir», ha sentenciado, por su parte Óscar Puente, que ha insistido en «el respeto por la legalidad», algo que considera que «en el siglo XXI no se debería subrayar, pero que en este caso parece necesario hacerlo».
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