La CHD no descarta ya limitar las dotaciones asignadas para riego debido a la sequía

Apunta que «podrán ser revisadas en las próximas semanas» las aportaciones acordadas para «todos» los sistemas

Las Cortes de Castilla y León piden «poner fin a la guerra del agua» entre territorios con un plan nacional

ICAL

Isabel Jimeno

Valladolid

La primavera en la cuenca del Duero también «está siendo especialmente seca«, y se une a un invierno en el que la »escasez« ha sido la tónica dominante. Así que mayo «será determinante» de cara a un verano que no ... se presenta precisamente optimista tras meses de sequía.

De hecho, desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), la que abarca la mayor parte de Castilla y Léon, ya asumen que el desarrollo meteorológico del próximo mes tendrá la clave de la campaña de riego «en todos» los sistemas y los acuerdos de las Juntas de Explotación y las medidas aprobadas sobre el uso del agua de los embalses «podrán ser revisadas en las próximas semanas». Esto es, que en el organismo de cuenca no descartan ya limitar las dotaciones acordadas para el riego.

Ya se ha hecho en las zonas que presenta mayores dificultades, como el Pisuerga-Bajo Duero y el Carrión, y también en éstos podría cortarse un poco más el grifo. Y es que ya en abril ha comenzado a descender el nivel de los embalses de la CHD, que han perdido 40 hectómetros cúbicos en la última semana, situándose al 74,9% de su capacidad –diez puntos por debajo del promedio del último decenio–.

En el caso del sistema Pisuerga-Bajo Duero ya se declaró el pasado 11 de abril la situación excepcional por sequía extraordinaria, limitando la dotación para riego (3.000 metros cúbicos por hectárea) afectando «por primera vez» tanto a los regadíos que beben del os canales del estado como al resto de tomas de riego.

En esta zona, la falta de precipitaciones con que llenar los vasos de los embalses ha sido la más acusada. Ya arrancó en octubre el año hidrológico como el peor de los últimos 25 años para los pantanos palentinos de Requejada, Cervera-Ruesga y Aguilar, a lo que ha sumado que las aportaciones en el arranque de 2023 han sido un 20% inferiores a las habituales. En abril, la situación se ha agravado especialmente, pues frente a los 38,3 hectómetros cúbicos que de media suele ganar, únicamente ha logrado 7,2.

En el Carrión, que también acusa de forma notable la escasez de agua, la dotación es de 4.500. Las aportaciones recibidas este mes son las más bajas de los últimos 32 años: 7,9 hectómetros cúbicos, lejos del promedio de 36,8.

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