La borrasca Nelson llena los embalses del Duero hasta casi el 84% de su capacidad

La otra cara de la moneda la viven los embalses, que gracias a las precipitaciones siguen sumando el preciado líquido elemento. Los hay incluso que ya no pueden más, pues están al tope de sus posibilidades, como en el segoviano de El Pontón Alto, que de reducidas dimensiones (7,3 hectómetros cúbicos) y a pie de la sierra de Guadarrama luce el cien por ciento en su llenado.

Igual situación que ya ha alcanzado el burgalés Arlanzón, con sus 22,4 hectómetros cúbicos completos, por encima tanto del nivel que marcaba hace un año como en el promedio del último decenio.

De media, justo en el día en el que arranca oficialmente la campaña de riego, los dieciocho que gestiona la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) -además los hay de carácter privado, dedicados en general a la producción hidroeléctrica- están ya casi al 84 por ciento de su capacidad. Con 2.391 hectómetros cúbicos de agua en unos vasos que pueden guardar hata 2.854,2 -se encuentran al 83,9 por ciento-, su estampa es mejor tanto en comparación con el 2023 -estaban al 77,7- como si se ponen ante el reflejo del promedio del último decenio, en el que se combinan años de sequía y abundancia -78,6 por ciento-.

Durante la última semana, en total han ganado 78,6 hectómetros cúbicos, según los datos del organismo de Cuenca, y eso que algunos ya están desembalsando para garantizar el mínimo de resguardo con el que hacer frente al agua que entra.

Y es que, aunque con excepciones, su nivel es elevado, por encima del 85 por ciento de sus posibilidades e incluso del 90. Sólo los del palentino sistema Pisuerga -que ya llegaban de una situación muy precaria en reservas- se sitúan por debajo de esos valores y aún no rebasan los niveles de la media de los últimos diez años. Con 193 hectómetros cúbicos, están al 61,1 por ciento, por encima de los 154 que atesoraban en 2023, pero por debajo de los 220,1 que sumaban entre Cervera-Ruesga, La Requejada y Aguilar de Campoo en el decenio previo. La peor estampa la arroja La Requejada: 11,1 hectómetros, a tan sólo el 19 por ciento de su capacidad e incluso por debajo de hace doce meses.

Su vecino sistema Carrión sí presentan mejor aspecto. Entre Compuerto y Camporredondo, suman casi 148 hectómetros cúbicos de agua, ligeramente por encima del 90 por ciento de sus capacidades, aunque todavía ligeramente por debajo de cómo estaban hace un año.

También por encima del 90 lo que suman Arlanzón y el también burgalés Úzquiza, en el sistema Arlanza. Su estado es 15 puntos mejor que a estas alturas de 2023 y el promdio del decenio predecente. Al 91, lo acumulado entre los segovianos El Pontón Alto y Linares del Arroyo (sistema Riaza-Duratón y Cega-Eresma-Adaja), también con mejores registros que en los datos que compara la estadística de la CHD.

Incluso algo mejor, Castro de las Cogotas (sisma Cega-Eresma-Adaja), en la provincia de Ávila, que se aproxima al 92 por ciento, con 53,3 hectómetros de líquido en un vaso de 58,2, más lleno que en 2023 y los registros medios previos. Cerca del 90, el salmantino que bebe del Tormes, Santa Teresa. Y ligeramente por encima del 83 por ciento, lo acumulado entre Irueña y Águeda, también en Salamanca.

Cuerda del Pozo, en Alto Duero, en Soria, va camino de llenarse al 86 por ciento (tiene 212,9 hectómetros de agua de 248,8 posibles), también con mejores valores que el año pasado y en el promedio del decenio.

Y al 85 lo que tienen almacenado los leoneses del sistema Esla y Órbigo, donde están los de mayor capacidad de la Cuenca del Duero -la mayoritaria en Castilla y León, donde también se adentran la Miño-Sil, Tajo y Ebro-. Riaño, el más grande, ya acumula 537,6 hectómetros de 641,4 posibles, y Barrios de Luna está al 92 por ciento.

Unas cifras que, en general, salvo la excepción de los palentinos del sistema Pisuerga, permiten afrontar con más optimismo la campaña de riego en la Cuenca del Duero.