La cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX

De la mano de Almud Ediciones de Castilla-La Mancha acaba de llegar a las librerías un nuevo volumen de su colección Biblioteca Añil. El título de esta publicación es Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX. Se trata de una obra coral, coordinada por Alfonso González Calero , en la que han participado Isidro Sánchez Sánchez, Santiago Arroyo Serrano, Ángel Romera Valero, Lucía Crespo Jiménez, José Rivero Serrano, Antonio Casado Poyales, Miriam Ballesteros Egea, María García Sánchez, Angelina Serrano de la Cruz Peinado, Jesús Villar Garrido, Ángel Villar Garrido y Concha Vázquez Sánchez . Todos ellos conocidos profesores universitarios, investigadores, historiadores y autores de numerosas publicaciones sobre el devenir de nuestra región.

Aunque su ámbito cronológico sea anterior, el libro que comentamos puede ser considerado como una secuela de otro publicado en 2007 sobre la cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XX. De hecho hay gran coincidencia en la autoría de la decena de estudios recogidos en la obra. Los trabajos de estas cuatrocientas páginas se refieren a la educación, la evolución de la prensa, la literatura, las bibliotecas, los museos y los archivos, la arquitectura, la cultura musical, el ocio, las artes plásticas, la filosofía y el pensamiento, el teatro y la inevitable visión que de nuestras tierras tuvieron los viajeros extranjeros. Como colofón, se incluye una detallada cronología con los acontecimientos más destacados de estos cien años, que tanta influencia tuvieron en el transcurrir intelectual del primer tercio del siglo XX, quebrado por el trágico desenlace de la guerra civil.

Hablar de cultura en el siglo XIX en Castilla-La Mancha, cuando tres cuartas partes de los habitantes de las provincias que hoy conforman nuestra región eran analfabetos puede conducir a una aparente contradicción. Máxime cuando al adentrarse en estas páginas, el lector no se topará con las trazas del tipismo folclorista, racial o romántico, con que en ocasiones se ha querido identificar esta centuria. Alejándose de los tópicos que igualan decimonónico con decadente, la apuesta de Almud pone en valor a personas, instituciones y entidades que enarbolaron la bandera de las grandes transformaciones que contribuyeron a aportar rayos de modernidad a nuestras tierras, al albur de lo que ocurría en ciudades como Madrid o Barcelona. En ocasiones, esos protagonistas han permanecido arrumbados en el baúl donde se arrinconó a los heterodoxos españoles. Lo hicieron con la voluntad de combatir los fantasmas del analfabetismo, el caciquismo, la pesada losa del influjo clerical o el retraso económico y social de unas colectividades eminentemente rurales, desde el páramo que suponía ser un adelantado a su tiempo en provincias. Y ahí ha quedado el trabajo de esas minorías.

Un esfuerzo que en ocasiones ya ha sido rescatado por investigaciones y publicaciones de carácter local. En los últimos años han sido centenares los libros editados en los cuatro rincones de nuestra región poniendo en valor su historia más cercana y sus protagonistas más destacados. La realización de un listado pormenorizado de estas obras sería una apuesta imposible de cubrir. Son historias apasionantes que engarzadas unas con otras nos ofrecen una imagen novedosa y atractiva de nuestro pasado. Ese es uno de los principales valores de Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX . El conjunto de sus estudios contribuye a cuestionar estereotipos y a retratar unas decisivas décadas de nuestra historia, transmitiéndonos que en nuestra región, a pesar de sus penurias, atrasos y servidumbres, también prendieron intentos culturales reformistas y modernizadores, aunque su devenir fuese más laborioso y requiriese mayores dosis de tenacidad y fe en el progreso que en otros lugares.