Análisis
La polarización llega al Supremo
Para descrédito de la Fiscalía, en el juicio ha quedado claro que los intereses de la institución y los del Gobierno se alinearon aquel día.
Carmen Lucas-Torres
El interés político sobre quién dominaría el relato del pacto entre la Fiscalía y Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, para que el segundo evitara el paseíllo por una investigación por delitos fiscales -lo que finalmente no ha conseguido- no tiene relevancia ... jurídica para el juicio contra García Ortiz, pero es la clave de la causa. En las primeras sesiones se ha demostrado que esa lucha por dominar la versión de los hechos fue una obsesión tanto del Gobierno de Pedro Sánchez como del jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, y una fuente de polarización trasladada al Supremo.
«El 12 de marzo se produce un punto de inflexión que aviva la demanda informativa. Díaz Ayuso hace un canutazo en el que insinúa que hay una confabulación de los poderes del Estado contra su pareja», afirmó durante su declaración como testigo Mar Hedo, jefa de prensa de la Fiscalía General del Estado, para justificar que la institución -cuya función es defender la legalidad y los intereses públicos e investigar y perseguir los delitos- se volcara en dejar claro a la ciudadanía que no era la Fiscalía quien había propuesto una conformidad a González Amador y después se hubiera «echado atrás por órdenes de arriba», como afirmó Miguel Ángel Rodríguez, sino que fue el abogado del investigado el que la pidió. El propio fiscal general participó en la redacción de la nota hasta el punto de dictar a Hedo el contenido de los correos entre el fiscal del caso y la defensa de la pareja de Ayuso una vez, es cierto, ya se habían publicado.
«Cuando Mar Hedo dijo que había una orden del fiscal general del Estado para dar la nota, pues se dio y ya está», declaró Íñigo Corral, jefe de prensa de la Fiscalía de Madrid, confirmando el interés máximo de García Ortiz en el asunto.
Paralelamente, la mañana que la Fiscalía publicó la nota para «aclarar» la situación, Pilar Sánchez Acera, número dos de Óscar López, jefe de Gabinete de la Presidencia del Gobierno en ese momento, presionó a Juan Lobato, portavoz de los socialistas en la Asamblea de Madrid, para que mostrase en la cámara el mismo mail que García Ortiz dictó a su jefa de prensa y así dejara en evidencia a Ayuso. Para descrédito de la Fiscalía, en el juicio ha quedado claro que los intereses de la institución y los del Gobierno se alinearon aquel día.
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