Gran Canaria resiste la imagen tóxica de la isla que proyecta Tenerife con sus algas

Desde Gran Canaria, las autoridades turísticas y grupos de interés hoteleros están respondiendo una a una y personalmente a las demandas de información de operadores y consultas a los visitantes en aeropuertos, oficinas de turismo y por teléfono. Todo, por la crisis de imagen en la Península y resto del mercado internacional por las cianobacterias presentes en las costas de Tenerife.

El Gobierno central, ecologistas, Podemos, Nueva Canarias, PSOE y científicos especializados afirman que este problema es por mala gestión de las aguas fecales en Tenerife . Pero no están haciendo sangre política. El Gobierno de Canarias, que también tiene científicos de su lado, considera este problema como un efecto del calentamiento de las aguas en verano. Pero ningún político se ha bañado con microalgas a su alrededor.

El Cabildo de Gran Canaria no quiere hacer valoraciones. La isla es la más afectada porque tiene el nombre del archipiélago y, muchas veces, se habla en la Península de Canarias cuando en realidad las microalgas asquerosas están en: Tenerife, mayormente, y con impacto en La Gomera, La Palma y El Hierro. En Lanzarote y Fuerteventura tampoco hay este manto viscoso y repugnante al que las autoridades canarias recomiendan no acercarse. Pero el nombre de la isla no se presta a confusión.

El PP, por su parte, que gestiona municipios afectados y turísticos como Puerto de la Cruz, ha seguido la «doctrina Maduro» o «teoría Erdogan» lanzada desde la Administración autónomica. Coalición Canaria ha pedido que no se comente en Facebook y Twitter de las asquerosas microalgas para que no se dañe unidad del destino turístico.