Aragonès y Urkullu desprecian la ronda autonómica de Feijóo

Se trataba de una forma de reforzar el perfil institucional del aspirante popular y de quebrar la imagen de aislamiento del PP, una pretensión que pasa también por no rechazar contactos a nivel parlamentario con ninguno de los grupos con representación en el Congreso, con la excepción de Bildu, lo que ha generado una fuerte polémica en el seno de los populares al no descartarse un acercamiento a los independentistas de Junts y ERC.

Por lo que respecta a la ronda con presidentes autonómicos —una fórmula que hasta ahora no había practicado ninguno de los aspirantes a la presidencia del Gobierno—, por el momento Feijóo solo tiene el sí de sus presidentes populares y del canario, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria (CC), que estaría dispuesto incluso a reunirse con el líder del PP próximamente, según apuntaron fuentes de Presidencia a ABC, informa Laura Bautista. No sorprende la predisposición de Clavijo, ya que es presidente de las islas gracias al apoyo del PP, con el que comparte el Gobierno canario.

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Frente a la predisposición canaria, ayer mismo se descolgaba el presidente de Cataluña, Pere Aragonès (ERC), que sin matiz alguno confirmaba el plante a Feijóo. «No hay nada que hablar», zanjó de manera rotunda la portavoz del Gobierno catalán, Patrícia Plaja, tras la primera reunión ayer de su Ejecutivo tras las vacaciones. Desde el Govern no se considera conveniente este contacto y así se quiso explicitar de manera clara, apuntando que la única opción viable de investidura que plantean los populares pasa por el acuerdo con Vox, algo que la Generalitat presidida por ERC considera inaceptable.

En un clima de no poca tensión entre los distintos partidos independentistas, el Ejecutivo republicano no quiere aparecer ni por asomo condescendiente con las pretensiones de los populares, ni que sea por una cuestión de cortesía institucional, algo que sin duda aprovecharía Junts y usaría el secesionismo más hiperventilado para arremeter contra los republicanos.

Además de remarcar que no tienen ninguna comunicación del PP al respecto. Algo parecido a lo que manifiestan desde el Gobierno socialista de Navarra. Los de María Chivite dudan incluso de si esa llamada se va a producir. Llegado el caso la consideración será que no procede una interlocución para los fines planteados.

En la misma línea, el presidente socialista del Principado de Asturias, Adrián Barbón, consideró algo «exótico y muy poco respetuoso con lo que establece la Constitución» esta ronda de reuniones de Feijoó. «Siempre estoy abierto a escuchar una llamada o atender una llamada, pero desde luego yo no me voy a reunir con nadie para hablar del proceso de investidura del Congreso cuando no me compete a mí. Yo creo que estas declaraciones son ya de estar jugando a la desesperada en la negociación y que las cuentas no le salen», reaccionó el mandatario asturiano.

Por su parte, fuentes del Gobierno de Castilla-La Mancha afirmaron ayer no haber recibido aún ninguna invitación del líder del PP, advirtiendo que hasta que eso ocurra el presidente manchego, el también socialista Emiliano García-Page, no se pronunciará al respecto.

Sí que contactó de manera directa el líder del PP con el lendakari, Iñigo Urkullu, según desveló él mismo tras su primer Consejo de Gobierno del curso político. El presidente vasco rechazó cualquier posibilidad de mantener un encuentro, aunque lo que plantea el PP son conversaciones. Algo a lo que Urkullu sí manifestó que estaría dispuesto porque hablar siempre está «bien». Estaba previsto que el lendakari le devolviese la llamada a lo largo de ayer, ya que quiso posponer cualquier charla hasta hablar con el Partido Socialista de Euskadi (PSE), su socio de gobierno.

De la reflexión de Urkullu se concluye que su contacto con el popular no iba a ir mucho más allá de la mera cortesía. En su opinión, es a los partidos a los que les corresponde asumir la negociación en los momentos previos al debate de investidura y advirtió de que será, si consigue ser investido presidente, cuando llegue «el tiempo del lendakari». «Sería entonces cuando habláramos de las cuestiones que afectan al País Vasco», insistió. Además, añadió que «no me corresponde a mí decir cuál será el voto del PNV», que Urkullu defendió por su «incompatibilidad» con Vox.