El levante se ha llevado la mitad del negocio de los chiringuitos de Cádiz

En la costa gaditana hay alrededor de 200 establecimientos de hostelería a pie de costa, que en algunas zonas, como en la playa de Camposoto , en San Fernando, han tenido que cerrar este año porque la estructura de los locales no está preparada para soportar un viento tan fuerte. Algunos días agosteños ha superado los 80 kilómetros por hora.

Los empresarios de este negocio de la restauración veraniega estiman que la facturación ha bajado un 50% en esta temporada punta y un 30% en el caso de la hostelería que se ubica más atrás, en los paseos marítimos.

En cuanto al impacto en los hoteles de la costa , Antonio de María , presidente de Horeca-Cádiz , una federación que agrupa a siete asociaciones empresariales, entre ellas la de hoteleros y hosteleros, asegura que « el hospedaje no se ha resentido por el temporal de levante», que ha soplado 20 de los 31 días del mes de agosto. «El negocio de los hoteles no ha bajado ni se han anulado reservas», afirma De María. Apunta, eso sí, que los turistas que han renunciado al baño en esos días han optado por otras actividades que ofrece el interior de la provincia, como la visita a las bodegas, el zoo o los parques acuáticos , o se han ido a calas que están más a resguardo del viento abandonando las playas más tradicionales.

El negocio se ha repartido más y los bares del centro de Cádiz, por ejemplo, se han beneficiado del turismo que ha huido de la costa en los días más «impracticables», recalcan los portavoces empresariales.

No obstante, este fenómeno meteorológico , que afecta con más o menos intensidad cada año al litoral gaditano, incide de forma diferente según la playa de que se trate, tal y como subraya Arsenio Cueto. «No es lo mismo Tarifa , donde la gente va buscando el viento, que Zahara de los Atunes, Conil o Sancti Petri donde el atractivo principal es la playa», apunta el representante de las hosteleros de chiringuitos.

También es diferente una playa como La Victoria , en Cádiz capital, que está resguardada, en parte, por una pared que atenúa algo el impacto de la meteorología, que otras vírgenes, como Cortadura, «intratable» cuando el levante aprieta.

Para atajar este problema recurrente de la economía turística gaditana , los ayuntamientos están sacando nuevas normativas que aportan soluciones paliativas, en concreto, para los chiringuitos. Una de las medidas básicas que se está implantando en algunas playas es que este tipo de bares costeros se levanten sobre pivotes . «De esta forma, aunque el viento impacte, no les alcanza el azote de la arena al estar elevados y ésta no cae encima de las mesas o tapona las arquetas provocando averías», explica el portavoz del sector.

Cada ayuntamiento está aplicando modelos diferentes . La capital, en sus ordenanzas de hace tres años, no aprobó el chiringuito pivotado, para evitar que las construcciones tapen la vista de las viviendas cercanas, pero sí un mismo modelo para todas sus playas. Frente a ello, en Chiclana , por ejemplo, se permite el diseño libre.