Juanma Moreno justifica un adelanto de las elecciones en Andalucía por la crisis económica

Para tensionar algo más la escena política andaluza, este miércoles se publicaba la encuesta de intención de voto que realiza el Centro de Estudios Andaluces , dependiente de la Consejería de Presidencia, Administración Pública e Interior. El estudio otorga al PP entre 43 y 44 escaños y la posibilidad de gobernar con una minoría muy ajustada, al sumar más que todo el bloque de izquierda. Para ello en la investidura tendría que contar con el apoyo de Vox, partido que alcanzaría los 22 diputados , casi el doble de su actual representación y con el que los populares sumarían una holgada mayoría absoluta de 65 parlamentarios, diez más de los necesarios.

La encuesta confirma que los populares son el partido con mayor crecimiento porcentual con respecto a las elecciones de 2018. El PSOE de Juan Espadas obtendría entre 30 y 31 escaños , dos menos que los que sumó entonces Susana Díaz. Ciudadanos se derrumba y apenas puede asegurar ya dos de sus 21 escaños. Unidas Podemos perdería 7 para quedarse con un grupo parlamentario de 10 miembros.

El dato más destacado de la encuesta es el avance de Vox, la única fuerza que crece con respecto a la oleada de diciembre que casi doblaría sus resultados para obtener 22 diputados.

El sondeo, sobre un universo de 3.600 entrevistas, fue realizado entre el 21 y el 31 de marzo de 2022, es decir en plena huelga de transportistas y movilizaciones del sector agrícola y ganadero, subida de precios... y días después de confirmarse la candidatura de Núñez Feijóo a la presidencia del PP por la crisis nacional del partido. Este escenario hace pensar a un sector del Gobierno andaluz que ha sido determinante para el despegue de Vox, pero también para marcar su techo . La deriva económica y este dato del escenario político es el que más preocupa a Juanma Moreno a la hora de decidir cuándo convocar las elecciones.

Otro apunte nada desdeñable de la encuesta es que apunta a una leve pérdida de confianza en la gestión del Gobierno andaluz . Sigue teniendo más defensores que detractores, ya que el bloque de los que la consideran muy buena o buena suma un 42,2 por ciento frente al 38,9 por ciento de los que la califican de mala o muy mala, pero en el trimestre anterior los detractores no llegaban al 26 por ciento y un 6 por ciento más de los encuestados tenía una opinión positiva del trabajo de la Junta. En diciembre, Vox tenía una expectativa de 13 diputados y el Gobierno andaluz encontraba en el bloqueo parlamentario del presupuesto un buen argumento para haber dado fin a las legislatura, salvando que estábamos en la sexta ola de la pandemia y quedaba todo un año de mandato.

Ante el proceso electoral, el PP se encomienda a la marca del presidente. La encuesta confirma que Moreno supera la valoración de su Gobierno. Un 44,7 por ciento califica su gestión como buena o muy buena y un 36,3 por ciento de mala o muy mala. Es el líder político más valorado, con 5,6 puntos, y el único que supera el aprobado.

Ahora, Juanma Moreno se debate entre la corriente económica y la política de su Gobierno para activar la fase electoral. La primera quiere elecciones en junio – la fecha más probable es el 19 – ante un previsible empeoramiento de la crisis económica, que puede beneficiar a los populismos, y la necesidad de agilizar la gestión aprobando cuanto antes un presupuesto para gestionar las ayudas europeas.

La segunda opta por octubre –sería el día 2– para no renunciar a la aprobación de leyes clave que iba a debatir el Parlamento antes del verano ( Economía Circular y Ley de Función Pública ). También para poder inaugurar antes de la campaña proyectos emblemáticos como el Hospital Militar de Sevilla, la ampliación del metro hasta el Centro de Málaga , la puesta en servicio de los tranvías de Jaén y la Bahía de Cádiz... Se contaría con la previsible ratificación de la sentencia de los ERE por el Supremo o con la aprobación en el Parlamento del dictamen de la comisión de investigación sobre el fraude de la extinta fundación Faffe . Los defensores de la llamada a la urnas en otoño, que cada día ven más perdida su apuesta, aducen que se trasladaría un mensaje de estabilidad institucional en un escenario de zozobra económica.