La generación Z de Andalucía se asoma al pozo del suicidio

Según los datos más recientes, once personas se quitan la vida en España cada día. Además, los intentos de suicidio aumentaron un 250 por ciento durante la pandemia. Por eso los psiquiatras quieren «derribar mitos y estigmas sobre la salud mental». Lo resume Jorge Cervilla , catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Granada y presidente de la Sociedad Andaluza de Psiquiatría : «Se debe hablar de suicidio siempre que sea para informar, con datos y elementos que se deben tener en cuenta para prevenir».

Así pues, ahí van los datos: los suicidios se producen, sobre todo, cuando se superan los 15 años. Los psiquiatras reconocen que hay chicos andaluces de menos edad en las estadísticas de muertes autoinflingidas pero señalan que son minoría. «Se dan bastantes menos suicidios por debajo de los 15 años», confirma Cervilla. Lo corrobora el doctor Ignacio Gómez, de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla: «Antes de los 15 años sí hay suicidios, el Instituto Nacional de Estadística recoge que en el año 2020 hubo 14 casos en menores de 14 años». Este tema «es un tabú, pero las cifras son tremendas. Se puede prevenir y por eso hay que hablar de esta realidad», añade Gómez.

Para prevenir, señala Cervilla, hay que conocer a qué estar atentos, qué comportamientos hay que vigilar en los jóvenes. «Los factores de riesgo son muchos: consumo de sustancias tóxicas, síntomas depresivos, antecedentes familiares, el aislamiento social o acoso al que puede verse sometido el joven...».

Para el doctor Gómez hay que estar atentos a «cambios de comportamiento en el niño o el adolescente». ¿Cómo qué? «Cuando va bien en los estudios y de pronto falla; cuando está irritable o desganado de pronto y sin razón aparente... Hay que estar atentos y siempre en escucha». Este médico descarta que siempre que haya estos rasgos se esté ante un posible caso de autolesiones o suicidio, pero escuchar y observar a los menores sí que puede prevenirlo en caso de que derive en una situación así.

El suicidio infantil y juvenil, señalan los médicos, es un hecho «crudísimo» porque «cuanto más joven es la víctima, más duele». Y recuerdan un dato: hasta los primeros años 2000, la principal causa de muerte no natural entre los menores de 30 años en Andalucía eran los accidentes de tráfico. Ya no es así. Ahora son las muertes autoinflingidas.

Por las consultas de los psiquiatras andaluces no solo pasan personas con ideas suicidas. Hay, sobre todo, personas que pasan por episodios depresivos. «Es el trastorno más frecuente entre los andaluces», explican los expertos, que señalan que al menos un diez por ciento de los ciudadanos han sufrido, sufren o van a sufrir una depresión leve, moderada o grave a lo largo de su vida.

Sin embargo, matizan, Andalucía no tiene más problemas de salud mental que la media de España. Está en la media. «Como el resto de países desarrollados, en torno al 22 por ciento de la población tiene algún trastorno mental en algún momento» , indican desde la Sociedad Andaluza de Psiquiatría. Pero, matizan, «la mayoría de esos trastornos son pasajeros leves o moderados y reversibles. Solo un tres por ciento es crónico, grave, y mucho más complicado».

El suicidio es la forma más extrema en que se manifiesta un problema de salud mental. Para evitarlo, razonan los psiquiatras, Andalucía debe tener un sistema sanitario que atienda de verdad a los ciudadanos. Y ahí, las cosas no están tan bien como debieran, apuntan. Porque en Andalucía, señalan los psiquiatras, la situación es «algo peor» que en el resto de España.

Sobre todo, señalan los expertos en salud infantil, hay un problema capital: falta personal. «La media de profesionales de salud mental en Andalucía está por debajo de la media de España . La media de ocho psiquiatras por cada 10.000 habitantes en el país cuando en Andalucía está en seis. Y en Cataluña hay 16».