Las elecciones marcarán 2022 a pesar del Covid y de los fondos europeos

El presidente también ha manifestado que quiere agotar el próximo período de sesiones en el Parlamento andaluz, que va de febrero a julio, y en el mensaje de Fin de Año insistió en que su objetivo es que sean «lo más tarde posible» . Por si acaso, en San Telmo trabajan con la fecha del 29 de mayo como la más probable para las elecciones y el consejero de Hacienda, Juan Bravo (el más cercano a Casado del Gobierno andaluz), ha dicho recientemente que cree que deben ser antes del mes de junio. Claro que una cosa son las previsiones y otra la realidad ya que todo dependerá de múltiples factores. El primero de ellos pasa por los grupos de la oposición. Si el PSOE y Vox bloquean la acción del Gobierno (lo que no ha sucedido hasta ahora salvo en los Presupuestos para este año) y Moreno no puede sacar adelante leyes y decretos no tendrá «más remedio que pedir opinión a los andaluces».

Hasta ahora, ambos partidos han tenido mucho cuidado en evitar excesivas coincidencias en las votaciones en el Parlamento. A ninguno de los dos les interesa la estrategia electoral del Gobierno andaluz de asociarlos en una «pinza», (aunque sea de hecho y no con un acuerdo explícito mediante), un recurso que funcionó muy bien en los 90 a Manuel Chaves.

Pero habrá que estar atentos a lo que sucede a partir del mes de febrero. El Gobierno andaluz quiere aprobar algunas leyes más, como la de Economía Circular o la de creación del Instituto Andaluz de Salud , y está dispuesto a negociar a izquierda y derecha para lograr apoyos puntuales. El PSOE sí podría aprobar la Ley de Economía Circular y Vox votar en contra, al revés de lo que ha sucedido con la Ley de Tasas (aprobada en el último pleno del año) o el súperdecreto de simplificación administrativa. Unos acuerdos variables que interesan a todos los implicados aunque quien más rédito obtiene es el Gobierno andaluz que se va apuntando tantos.

En este escenario, los partidos andaluces ya están engrasando su maquinaria electoral y todos a excepción de Unidas Podemos han elegido a sus candidatos a la Presidencia de la Junta. Es cierto que Vox no lo ha designado formalmente pero, salvo que las encuestas de última hora digan lo contrario, Macarena Olona , diputada cunera por Granada en el Congreso de los Diputados, será la cabeza de cartel.

Juanma Moreno será el candidato por el PP; Juan Espadas por el PSOE; Juan Marín por Ciudadanos –tras superar un proceso de primarias ha sido peor que un tiro en el pie–; Esperanza Gómez por Más País Andalucía; y Teresa Rodríguez por Adelante Andalucía. Lo que está por ver son las coaliciones electorales que podrían darse. Sobre todo a la izquierda del PSOE. Martina Velarde (lideresa de Podemos Andalucía) ha iniciado conversaciones con Teresa Rodríguez y Más País aboga por no fragmentar el voto. El principal problema de esta posible coalición electoral está en los antecedentes.

Adelante Andalucía se presentó en 2018 como una alternativa a la izquierda del PSOE, como una fórmula que también recogía la bandera del andalucismo. Lograron 17 diputados, los mismos que en 2015 concurriendo por separado Izquierda Unida y Podemos. ¿Lo volverán a intentar? En este sentido, todo son incógnitas.

Claro que también se baraja una coalición del propio Gobierno andaluz en lo que podría denominarse Andalucía Suma. Una opción que ya ha estado sobre la mesa en varias ocasiones desde que PP y Ciudadanos firmaron el acuerdo que llevó a Moreno a San Telmo y que ha pasado por altibajos, según los resultados de las encuestas. Evidentemente, en las actuales circunstancias, es a Ciudadanos al que más le interesa esta solución pero todo dependerá de lo que diga la última encuesta antes de las elecciones.

La estrategia del PP nacional dista mucho de apoyar esa opción, ya que lo que buscan es el fin de Ciudadanos, pero Juanma Moreno ya ha dejado claro que tiene criterio propio, que Andalucía «is different» y que las claves sociológicas específicas hay que tenerlas en cuenta. ¿La coalición es la opción más probable? No. ¿Está totalmente descartada? Tampoco.

Una de las fechas claves para el futuro político de Andalucía será el 13 de febrero. En ese día se celebran las elecciones autónomicas adelantadas en Castilla y León y, aunque ambas comunidades no tienen nada que ver (extensión geográfica, volumen de población, número de jóvenes, actividades profesionales...) lo que ocurra con Ciudadanos allí va a condicionar a Andalucía.

Si la formación liberal también desaparece de esa comunidad autónoma, Juan Marín será un líder muy débil en Andalucía. Será vicepresidente del Gobierno hasta que haya elecciones pero se habrá quedado sin partido y eso es muy malo de cara a los votantes andaluces. Si sucede al contrario y Francisco Igea (referente naranja en Castilla y León) logra cierto apoyo, será una palanca para el partido naranja en Andalucía.

La evolución de la sexta ola del coronavirus también va a ser determinante. Hasta ahora, los andaluces tenían una buena imagen de la gestión de Moreno en la crisis sanitaria. Pero la primera parte de la Navidad ha puesto en evidencia muchas de las graves carencias del sistema sanitario público andaluz. Si en los primeros meses se disculpaba el caos, la falta de atención médica y de pruebas, en Navidad se han desbordado todas las previsiones y los andaluces han sentido que, si bien las vacunas han funcionado y se han reducido ostensiblemente el número de ingresos y de muertes, el sistema público de salud no ha funcionado. Sobre todo en Atención Primaria .

A esto hay que añadir que el PSOE ha empezado a rearmarse. Tras meses de incertidumbre, de una sucesión complicada a Susana Díaz y de una rocambolesca salida de la Alcaldía de Sevilla de Juan Espadas, los socialistas van a estar centrados en la campaña electoral que para ellos ya ha empezado. Y la gestión de la pandemia, con los evidentes problemas que sufren todos los andaluces, es una oportunidad que no van a desaprovechar. Frente a esto, la opción del PP es apostar por la gestión económica para lograr la confianza de los andaluces. Unos buenos datos de creación de empleo y de inversión pública y privada en Andalucía son su principal baza. Que, pasa, claro está, por los fondos europeos que van a llegar a las comunidades autónomas. Está por ver cómo será el reparto por comunidades autónomas y si Andalucía es capaz de ejecutarlos.

El Gobierno andaluz calcula que tendrá que gestionar unos 3.000 millones de euros de fondos europeos (el doble de lo que ha gestionado realmente en 2021) lo que no es una empresa fácil sobre todo si tenemos en cuenta que la Junta no tiene presupuesto para este año 2022 y se tiene que apañar con el de 2021 prorrogado, lo que obliga a ir haciendo previsiones y modificaciones presupuestarias mes a mes. Eso restará, además, vistosidad a los proyectos que pueda presentar el Ejecutivo autonómico, que ha quedado maniatado por la negativa de la oposición (sobre todo de Vox, su socio preferente) para aprobarle las cuentas.

La cercanía de las urnas acelerará, además, las estrategias de los partidos. Tras el paso de los Reyes Magos, todo será política y se interpretará como tal porque la situación actual es muy ajustada. Juanma Moreno parece tener en su mano la revalidación de la Presidencia pero las expectativas deben volverse realidad. Ciudadanos podría quedarse sin espacio político, pero si logra esos cinco diputados que dicen las encuestas (ellos dicen que son ocho o diez), el Gobierno del cambio tendría otros cuatro años por delante . Juan Espadas no es el revulsivo que esperaban en el PSOE, pero quizás un hombre tranquilo pueda recuperar los 400.000 votos socialistas que Susana Díaz perdió . ¿Y Vox? Parece que pierden fuelle en Andalucía, pero no en España.