Coronavirus Andalucía: el índice que nos preocupará a partir de mayo

Mientras los programas masivos de vacunas no sean una opción real, todos viviremos pendientes de cómo vaya evolucionando el famoso R0. Será el equivalente a la «prima de riesgo» en la crisis financiera.

El modelo matemático identifica la evolución de la posible reactivación del virus según el comportamiento de los ciudadanos y predice el tiempo que tardarían los hospitales en saturarse una vez que concluya el aislamiento.

El trabajo de investigación, dirigido por el catedrático de Organización de Empresas de la US, Adolfo Crespo , aporta un cuadro con las máximas saturaciones permitidas para las plantas y UCI de cada provincia. Con una tasa constante de 19 ingresos de pacientes al día se saturarían las 279 UCI disponibles en Málaga y con 221 pacientes hospitalizados se colapsarían las 2.686 camas en planta, señala este profesor. En Sevilla, sus 2.650 camas en centros sanitarios se ocuparían con 228 ingresos diarios de pacientes con el virus y 19 en las UCI (tiene 290). Como norma, para calcular la tasa, se ha limitado a una hora el tiempo de espera para ser hospitalizado. El cálculo de los valores de saturación por tipo de unidad, UCI o cama en planta, se hace fijando como requisitos unos tiempos de espera razonables.

En un trabajo anterior, estos investigadores propusieron adaptar los tiempos de cuarentena a la incidencia de la pandemia en cada provincia, con el fin de mitigar las pérdidas económicas que acarrea el parón de las actividades. Una idea que ha calado en el Gobierno y la Junta, favorables a una apertura gradual por zonas.

Este segundo estudio se centra en la fase de recuperación, una vez que se levante la cuarentena en torno al 10 de mayo . El objetivo es ofrecer a los gestores del sistema sanitario una herramienta útil para planificar correctamente sus recursos atendiendo a la capacidad de contagio del virus.

Después del confinamiento, la disponibilidad de camas y UCI «seguirá siendo la piedra angular en esta nueva fase del ciclo» de la pandemia. El problema al que se enfrentan los investigadores es «lograr un equilibrio» entre las restricciones que se impongan y la capacidad de respuesta del sistema sanitario para evitar nuevos brotes infecciosos.

Controlar el R0, la ratio de contagio, es clave para anticiparse ante la epidemia. Pasar de un índice del 1,1 al 1,2 supone un aumento significativo del riesgo de alcanzar niveles de propagación no admisibles y de colapsar los hospitales, apuntan. Según los datos del Ministerio de Sanidad, la ratio de reproducción se situaba ayer en 0,92 en Andalucía , es decir, por debajo de 1, lo que significa que un infectado transmite el virus a menos de una persona.

En Málaga, el R0 esperado según el modelo del grupo de investigación estará cercano al 0,4, lo que demuestra que el confinamiento habrá sido «muy efectivo». «En nuestra simulación hemos ido variando el R0 para medir cuánto tiempo se tardaría en saturar la UCI teniendo en cuenta que cada infectado puede tardar siete días en contagiar a otra persona », señala. El modelo dibuja distintos escenarios hasta 200 días después del primer contagio en Málaga. Si se relajasen las medidas de protección y aumentase la ratio a 1,5 contagios por persona, a los cuatro meses, en torno a agosto, se crearía un cuello de botella en las UCI. Este modelo matemático facilitaría, por ejemplo, el traslado de pacientes desde unas zonas a otras menos saturadas.

El control del famoso R0 es clave. La canciller alemana, Angela Merkel , que ha ido varios pasos por delante de otros líderes nacionales en la gestión de la pandemia, lo tiene muy presente. El R0, el índice que mide a cuantas personas puede infectar un contagiado , está allí sobre 1, lo que permite pensar en la reapertura del país, aseguró hace pocos días.

El estudio destaca la importancia de que los ciudadanos y las empresas controlen sus propios riesgos para romper la cadena de propagación. Mientras no exista una vacuna, la autodisciplina va a ser crucial. «Debemos ser muy conscientes de que hay que protegerse, reducir los contactos y desplazamientos. De lo contrario, acabaremos confinados todos en tres meses », advierte Adolfo Crespo.

En el trabajo de investigación han participado Eduardo Candón Fernández, Adolfo Crespo Márquez, María Crespo Márquez, Antonio de la Fuente Carmona, Juan Francisco Gómez Fernández, Vicente González-Prida Díaz, Antonio Guillén Lopez, Pablo Martínez-Galán Fernández, Pedro Moreu de León, Enrique Paloma Castro y Antonio Sola Rosique. Para ampliar la información se puede consultar el estudio a través del enlace https://idus.us.es/handle/11441/95407.