La Audiencia rechaza expulsar a Manos Limpias como acusación en el juicio del caso ERE

En un auto del 27 de marzo, el tribunal que preside Juan Antonio Calle rechaza la solicitud realizada por el PP-A, que ejerce la otra acusación popular en el juicio, al señalar que la expulsión de una acusación no puede estar «sometida a la conveniencia de otra acusación ni justificarse por una divergencia de intereses en la orientación de su actuación procesal».

Además del PP-A, que solicitó su expulsión tras señalar que las intervenciones del abogado de Manos Limpias, Rafael Prieto , revelaban que había «subvertido» su rol, en las cuestiones previas del juicio la defensa del exconsejero Antonio Fernández -a la que se unieron otras- también cuestionó su personación en la causa y pidió que el sindicato documentara la vigencia de sus órganos de representación y poderes para personarse.

Igualmente, el tribunal señala que no le corresponde decidir sobre «disquisiciones» respecto a los Estatutos del sindicato y la potestad de su Junta directiva para otorgar poderes procesales al secretario general, Miguel Bernad .

También rechaza como argumento que éste esté incurso en un procedimiento penal en la Audiencia Nacional por presunta extorsión junto a responsables de Ausbanc por cuanto «no ha recaído sobre él sentencia firme».

Sí acuerda, a petición de la Fiscalía, deducir testimonio al juez decano de la documentación aportada por Manos Limpias sobre la renovación de sus cargos a finales de año (una vez iniciado el juicio se le requirió que demostrara que estaban vigentes) y la llamada recibida en este tribunal por un exfuncionario del Ayuntamiento de Madrid alegando que dicha documentación había sido falsificada .

El tribunal r emite la documentación presentada al juez decano para la posible apertura de diligencias de investigación en el juzgado que corresponda y solicita que en caso de adoptarse medidas cautelares al respecto sean comunicadas de inmediato a este tribunal.

El abogado de Manos Limpias personado en el juicio ha valorado como «correctísimas» todas las decisiones adoptadas por el tribunal.