Andalucía puede predecir los contagios de Covid días antes que los test con las aguas fecales

De hecho, señalan Cecilia Martín Gandul y Luis Ángel Moya Ruano , técnicos del Servicio de Salud Ambiental en la Consejería de Salud y Familia, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, el sistema puede alertar con hasta siete días de antelación de una subida o bajada de contagios de coronavirus en una zona determinada.

Esta información es clave. Y lo es porque con esos datos se puede prever qué recursos sanitarios son necesarios hasta una semana antes de que hagan falta. Es llevar la pandemia a un nuevo escenario, en el que la sociedad se puede adelantar al virus. Hasta ahora los datos y las medidas para controlar la crisis sanitaria son reactivos. Crecen los contagios y se llenan los hospitales. Pero con el sistema desarrollado por los investigadores del Servicio Andaluz de Salud, cambian las tornas.

La investigación que ha llevado Salud a tener una fórmula para conocer la incidencia de Covid en una zona con el análisis del agua es el contenido de un artículo científico que firman en la prestigiosa revista Science of the total enviroment’, el propio Moya junto con Francisco Javier Rodríguez Rasero, Pablo Rasero del Real; Lucila Cuberos Gómez y Nicola Lorusso . Hasta ahora todo el mundo medía cuánto rastro había del coronavirus en las aguas residuales. La verdadera novedad, destacan desde el SAS, es que han conseguido desarrollar una fórmula que consigue calcular cuántas personas hay contagiadas y lo hace, además, hasta una semana antes de que enfermen o muestren síntomas.

Este hallazgo, señalan Martín y Moya, abre la puerta a que Salud pueda detectar no solo Covid, sino otros sus variantes. También virus o bacterias y calcular su incidencia en una zona concreta. Se podría aplicar al Virus del Nilo, que ha provocado varios brotes en los últimos años en Andalucía; a la polio; al sarampión; a bacterias resistentes a los antibióticos...

Advierten sin embargo desde el SAS que, aunque esas son opciones que se abren, no quiere decir que se puedan hacer. La detección de patógenos en las aguas residuales es complicada porque, indican Marín y Moya, influyen muchos factores. El primero es que hay virus o bacterias que no sobreviven en este ecosistema el tiempo necesario o en cantidad suficiente para detectarlo.

Pero también condicionan la humedad, las precipitaciones o la temperatura. Porque si llueve mucho, indica Moya, se diluyen; la humedad, añade, puede alterar virus o bacterias; y con el calor hay algunos de esos patógenos que tampoco sobrevive, finaliza.

Hay más cuestiones técnicas que han tenido que salvar para desarrollar este sistema de vigilancia Covid. Si en las zonas a estudio hay fábricas - que lanzan al agua elementos químicos -; hospitales -con gran concentración de enfermos que desvirtúan las muestras- o estaciones de tren o bus -con pasajeros que no son población fija-, los números no son tan certeros. Por eso Salud ha buscado para este estudio, desarrollado en Sevilla con la colaboración de Emasesa, la empresa publica de aguas de la capital , zonas pequeñas y solo residenciales.

En todo caso, confirman desde Salud, la vigilancia de aguas residuales es un modo «más barato» de controlar la pandemia de Covid y otras enfermedades en el futuro. No solo es más económico. Además permite tener una radiografía de la situación epidemiológica mucho más completa porque en los datos que recoge están las personas sintomática y también las asintomáticas.

Lo explica Cecilia Martín: «Hay una parte de contagiados de Covid de la que nunca íbamos a saber porque como no tienen síntomas no acuden al médico. Pero excretan, aunque no desarrollen la enfermedad». Y es ahí donde los detecta el sistema de vigilancia que hay repartido por depuradoras estratégicas de toda Andalucía.