Vox da aire a la Junta de Andalucía, que salva la ley de tasas y el decreto contra la burocracia

Vox da aire al Ejecutivo andaluz cuando más lo necesita para agotar la legislatura. Lo justificó «por responsabilidad» con los posibles beneficiarios de las citadas normas, a pesar de no compartir la apresurada tramitación del decreto que reduce trabas. «No ha sido serio entregarnos el decreto cinco días antes de su debate» para intentar «ponerse una medallita pronto». El asidero de Vox deja al nuevo PSOE de Juan Espadas con la imagen de partido obstruccionista, un sambenito que no le preocupa demasiado porque alimenta su narrativa electoral de que PP y Cs «están entregados a la extrema derecha».

En que la 'pinza' no volviera a cruzarse en el camino del Ejecutivo tuvieron mucho que ver los trabajos de negociación previa del diputado popular Pablo Venzal, que llegó a un acuerdo con Vox para desbloquear ambas iniciativas. Las conversaciones, antes de la votación a partir de las 20.30 horas, se tradujeron en concesiones a Vox en el caso de la Ley de Tasas como la reducción de las mismas para el sector primario, la caza, pymes y autónomos.

En otras modificaciones, de calado más ideológico, se llegó a un punto intermedio entre lo que Vox pedía y lo que el PP estaba dispuesto a aceptar. En lugar de extender las bonificaciones fiscales a las víctimas de «violencia intrafamiliar» se optó por los términos de «violencia doméstica y de género» y se eliminó toda la alusión a los menores extranjeros no acompañados en la partida de beneficios fiscales a familias. V enzal explicó que el Código Penal recoge el término violencia doméstica, pero no convenció al PSOE, cuyo diputado José Antonio Hidalgo justificó su rechazo a la ley de tasas por este motivo, a pesar de que PP y Cs habían aceptado más de 20 enmiendas socialistas y algunas de Unidas Podemos. El diputado de Vox Rodrigo Alonso celebró el acuerdo y trató de diluir el argumento de la 'pinza': «Cuando las políticas que se ejercen van en contra de las políticas socialistas, comunistas y globalistas, el entendimiento con Vox está asegurado».

Con el decreto para podar burocracia, que contenía 330 medidas y afectaban a 80 normas autonómicas, el Gobierno del PP y Cs volvió a recibir el salvavidas del grupo de Abascal, mientras PSOE, Podemos y Adelante votaron en contra. El consejero de Presidencia, Elías Bendodo (PP), encargado de defenderlo en la tribuna, lo rebautizó como el «decreto del sentido común» con llamadas a su socio parlamentario para que fuera «un partido útil». «Votar con el PSOE sería votar contra el cambio en Andalucía», proclamó.

En la sesión de control al Gobierno, el propio presidente Juanma Moreno había apelado al espíritu navideño de los portavoces para que «dulcifiquen sus posiciones y piensen en el bien común». Ángela Mulas, diputada de Vox, señaló que la reducción de trabas administrativas está en el programa de su grupo y en el acuerdo de investidura y por ello decidieron refrendarlo.

Pero el espíritu navideño no caló en la izquierda. Inmaculada Nieto , de Unidas Podemos, habló de «tramitación chapucera». Se quedó corta ante la lluvia de estocazos con la que el diputado socialista, Mario Jiménez, arreó al Gobierno por tramitarlo como decreto en lugar de como proyecto de ley: «Es una cacicada y punto». Fue incluso más lejos y acusó a la Junta de «prevaricar contra la Ley de Autonomía Local» por modificar 20 procedimientos sin contar con los ayuntamientos.