El Gobierno andaluz ya no se cree al nuevo PSOE: «Está mareando la perdiz»

Con Vox instalado en el discurso de que de un lado están ellos y del otro, todos los demás, 'Gobierno del cambio' incluido, la portavoz del PSOE en la Cámara, Ángeles Férriz, se descolgaba con una oferta a Moreno para tramitar el «decretazo» de simplificación administrativa como proyecto de ley, porque «no se pueden modificar 80 normas por la puerta de atrás». Esta vía es más larga y supone demorar entre tres y cuatro meses su aprobación.

Pero la Junta no tiene intención de negociar ni de permitir que desde fuera le marquen los tiempos de gestión. El resabio por el bloqueo de las cuentas de 2022 aún escuece y no se olvida . «Han mareado la perdiz con los presupuestos para hacernos perder el tiempo y ya nos conocemos el truco», se justificaban miembros del Gobierno en los pasillos del Parlamento.

«Si el decreto ley no sale, tendrán que explicárselo ellos a los sectores productivos», beneficiados con la eliminación de trabas administrativas, alegaban. «Ya está bien de que nos tomen el pelo», se enfadaban en el Ejecutivo, que tampoco ha negociado con Vox. En realidad, llevan poco tiempo hablando con los de Abascal. Los grupos tienen una semana para estudiarlo, precisó el portavoz del PP, José Antonio Nieto, en el pleno.

El bipartito andaluz lleva semanas agitando la «pinza» como narrativa electoral y no va a desperdiciar ninguna oportunidad que se le presente para recordarle al PSOE y Vox que ambos unieron sus votos para tumbar las cuentas de 2022. «Sí, hay pinza», proclamaba la portavoz de Cs, Teresa Pardo.

Moreno ni siquiera se molestó en contestar a la oferta del PSOE para tramitarlo como ley porque no le da credibilidad. «Su único propósito es desgastar a este gobierno» –le reprochó– para tratar de enmendar el «error histórico» de sumar sus votos a Vox para bloquear los presupuestos que iban a servir de palanca para la recuperación económica.

«Sólo tenía que apretar el botón de la abstención», pero «no sé si el señor Sánchez lo vetó o si le temblaron las piernas», replicaba a Férriz. Ésta trató de construir un relato inverso con las cuentas para confrontar con él: « Es el único presidente [autonómico] que no ha querido aprobar los presupuestos ». «Está obsesionado con usted mismo y con las elecciones», le recriminaba un día después de que el Parlamento pulsara el botón para mandar al Senado al líder del PSOE-A y aún alcalde de Sevilla, Juan Espadas . «Los veo muy desnortados, no sé si es por el juego de sillas con el Senado», ironizaba Moreno.

Hablando de sillas, a su derecha no estaba sentado Juan Marín, como es habitual, sino Elías Bendodo. Con el vicepresidente ausente –de visita institucional en Vejer–, nadie sacó a relucir las listas conjuntas del PP y Cs. Es un tema tabú. «No vamos a alimentar ese monstruo ahora», se conjuraba el 'alma' popular del Gobierno.