De la «lluvia fina» de la gestión al chaparrón de críticas al «caos» de la sanidad en el Parlamento de Andalucía
La izquierda dibuja un sistema «caótico» y Moreno atribuye a la pandemia la «tensión»
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Iniciar sesiónBlasonaba el presidente andaluz, Juanma Moreno, de que la «lluvia fina» de su gestión iba en la «buena dirección» porque «tenemos 280.000 nuevos contribuyentes y 850 millones de euros de incremento de la recaudación» desde que gobiernan PP y Ciudadanos. Fue mencionar la lluvia ... y retumbar los truenos dentro del salón de plenos del Parlamento andaluz. Como la meteorología parecía conjurarse contra sus palabras, brotaron algunas risas en los escaños rápidamente reprimidas por la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet. «Sigamos, que si no, vamos a terminar cantando villancicos aquí», retomaba el hilo el mandatario andaluz, en medio del alboroto. Precisamente, no entonaron villancicos, como ocurría en el último pleno del año en los tiempos de Manuel Chaves. Los diputados de la izquierda se dedicaron a cantarle las cuarenta al presidente a cuenta de la saturación que sufre la Atención Primaria con los contagios disparados en la sexta ola de la pandemia del Covid.
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El chaparrón de críticas lo inició la portavoz de Unidas Podemos, Inmaculada Nieto, a la que Moreno elogió porque, a «diferencia» de Vox, ella no utiliza nunca «descalificaciones personales» para defender su posición antagónica. Su retrato de la sanidad pública fue catastrófico: «La gente está muy enfadada y desatendida» porque «hoy mismo hay miles y miles de andaluces tras un contacto con un positivo que buscan farmacia para hacerse un test de antígenos , no van a coger línea en el centro de salud, si van presencialmente al centro de salud se van a encontrar con una cola, van a llamar a sus contactos para que se confinen y van a llamar a su trabajo». Las dificultades de acceso están provocando «una estampida a la sanidad privada», remarcó la diputada, que llevaba una pregunta sobre la desigualdad.
«Mayores recortes»
Moreno reaccionó remontándose al pasado. Defendió que su gobierno se ha dedicado a «arreglar el desbarajuste que su partido nos dejó» cuando gobernó con el PSOE en Andalucía, entre 2012 y 2015, cuando se produjeron «los mayores recortes». Le echó en cara también que contribuyera al bloqueo de las cuentas de la Junta para 2022 , que recogían 1.100 millones más para la sanidad.
Pero el chaparrón, dentro y fuera del Pleno, continuó con la interpelación al presidente a cargo de la portavoz del PSOE, Ángeles Férriz, quien escogió la palabra «caos» para hacer un retrato igual de oscuro de la gestión sanitaria. «Hacerse una PCR en un centro de salud es una lotería», dijo, para culparle después de todos los males porque «puso en la calle a 8.000 sanitarios –refuerzos que se contrataron en lo peor de la tercera ola– cuando más falta hacían».
El presidente capeó la lluvia de reproches esgrimiendo el paraguas de una crisis como no se ha visto otra igual. «El sistema sanitario está absolutamente tensionado porque tenemos un pedazo de pandemia; da igual como se llame el presidente, todos tenemos los mismos problemas», admitía. Afuera seguían cayendo chuzos de punta.
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