Ermita del Rocío: en la actualidad Santuario de nuestra Señora del Rocío

El proyecto de los arquitectos Balbontín y Delgado Roig comenzó a erigirse en 1963 tras el traslado de la Virgen a la iglesia de Almonte, y no estuvo exento de sobresaltos e inconvenientes que provocaron notables retrasos en su construcción. El más grave lo provocó el continuo desbordamiento de la marisma , que obligó a realizar un estudio geotécnico y a replantear toda la cimentación del edificio, lo que además de retrasar las obras las encarecieron sensiblemente.

Fue necesario incluso construir una capilla en la que poder depositar a la Virgen en tanto se desarrollaban las obras , que no estarían culminadas hasta cinco años más tarde. Hasta el traslado definitivo de la Virgen a su nuevo santuario, ya terminado, en marzo de 1969, fue un problema: un episodio de lluvias torrenciales obligó a suspender los actos inaugurales.

Las celebraciones pudieron llevarse a cabo, por fin, los días 12 y 13 de abril, cuando tuvieron lugar el acto de bendición, el Santo Rosario y la procesión que la Blanca Paloma protagonizaría por las calles de la aldea y que sería la última con salida en la pequeña capilla que fue su casa durante los últimos cinco años, coincidiendo además con el 50 aniversario de la Coronación Canónica .

Las mejoras y ampliaciones continuaron en las décadas posteriores. La cruz que remata el Santuario fue colocada en 1980; y en 2011 se bendijo la ampliación de la sacristía y de la Capilla Sacramental y Penitencial.

En 1981 comenzó a erigirse el retablo , una talla de Antonio Martín Fernández en cuya elaboración participaron también otros artesanos como el escultor Manuel Carmona , los doradores Antonio y Manolo de Sevilla y el carpintero almonteño Matías Aceitón, que trabajaron sobre un diseño iconográfico del padre Manuel Jesús Carrasco .

El nuevo camarín no se inauguraría hasta 1999, aunque sólo dos de sus terceras partes. Habría que esperar hasta 2006 para que las campanas del Santuario anunciaran la finalización completa del proyecto, que sería bendecido el día de San Pedro, patrón de la Villa.

En 2014 el obispo haría lo propio con el Museo Tesoro de la Virgen del Rocío , que ocupa el triforio de la iglesia y que alberga, entre otros objetos de gran valor histórico y artístico, un azulejo de 1696, que constituye el único vestigio de la ermita del siglo XIII.

Porque antes de recibir a sus hijos en el característico Santuario blanco que marca el horizonte de la aldea, la Virgen tuvo otros dos hogares. El primero de ellos fue la citada ermita del siglo XIII que mandó construir Alfonso X El Sabio y que destruiría el terremoto de Lisboa de 1755. De estilo mudéjar, experimentaría notables ampliaciones mientras estuvo en pie.

Tras el desastre, en 1760 concluye la construcción de una nueva iglesia más grande y distinto en su planteamiento estructural, aunque también de estilo mudéjar como el anterior. Destacaba el magnífico retablo, obra de Cayetano d´Acosta, y los detalles barrocos de la fachada. Estuvo en uso hasta 1963, cuando se derribó para construir el actual Santuario Nacional.