Al Rocío, desde los cuatro puntos cardinales de Andalucía

Desde su puntal devocional a sus espacios naturales —dehesas, sierras, valles, desiertos...—, pasando por su inconmesurable patrimonio y, como no, su simpar gastronomía. Ya sea por capitales de provincia o ciudades pujantes como Antequera, Écija, Jerez de la Frontera, como por pequeños municipios serranos o costeros.

Las hay exigentes, como ocurre con los 720,09 kilómetros de la denominada como ruta de Cazorla (Jaén), pero también más asequibles. En este punto destacarían los 124,5 kilómetros del sendero de la Costa de la Luz (Huelva) o los 132,8 del también onubense sendero del Jamón.

En ese sentido, dentro del proyecto del cantante y empresario José Manuel Soto se han diseñado algunas alternativas que se centran en parajes y enclaves de una única provincia, a lo sumo de las límitrofes, y otras en los que la experiencia del caminante se basa en recorrer la región al completo. En resumen, doce opciones distintas, o confluentes, que culminan en las señeras arenas de la Blanca Paloma y las playas salvajes del Parque de Doñana.

La primera ruta ideada dentro del Proyecto Destino Rocío fue la de Garrucha, en la que, a través de 27 etapas —y 657 kilómetros—, se logra conectar el levante almeriense con El Rocío.

Tiene la particularidad de servir de continuación, o fusión, con otros senderos de la red. Por ejemplo, el proveniente de Cazorla, que intersecta en la localidad granadina de Guadix. Allí también está previsto que encaje la ruta de Los Vélez y Baza. Por otra parte, en Ronda se conecta con el la ruta de San Pedro de Alcántara y en Antequera se conecta con el camino que pasa por Málaga capital —camino de Santiago 'Mozárabe'—.

Con un cercano punto de inicio se encuentra el sendero de la Alpujarra, que nace en la propia capital almeriense —600,49 kilómetros— y atraviesa parte del Parque Nacional de Sierra Nevada. Aunque el principal reclamo de esta opción es la de conocer los distintos pueblos de las Alpujarras de Almería (Bayarcal, Canjayar, Instinción o Laujar de Andarax) y de Granada (Bérchules, Capileira, Lanjarón o Valor), de personalísima arquitectura y tan ligados a las aguas de manantial.

Los puntos de partida más orientales se completan con el citado sendero de la Sierra de Cazorla, que arranca en Siles, o el de Sierra Morena, que hace lo propio en Andújar.

Y es que la gran mayoría de rutas se circunscriben a la Andalucía del Oeste, y más concretamente a Huelva y Sevilla. Desde aquí se abren paso las de distancias más contenidas —entre los 124,5 y los 206,2 kilómetros, con etapas que no llegan en ningún caso a la decena— por su lógica cercanía con el punto de destino, y también las que cuentan con nombres más sugerentes.

Hablamos del sendero del Fandango, el del Jamón, el del Aguardiente, el de la Cuenca Minera, el de la Costa de la Luz y el de la Vía de la Plata. En buena parte de estos itinerarios se puede sentir el influjo rociero aún cuando distan decenas de kilómetros de la ermita.

En esta parte del mapa de caminos se podría destacar como enriquecedora excepción el sendero del Campo de Gibraltar, con salida desde Los Barrios rumbo al Parque Natural de los Alcornocales, y disfrutar de lugares como Benalup-Casas Viejas, Medina Sidonia o El Puerto de Santa María, con el broche de Sanlúcar de Barrameda como último enlace con la aldea rociera.

Lo mismo ocurre con el que brinda camino desde Belalcázar, único de momento con orígen cordobés. Es el conocido como sendero del Valle de los Pedroches, una de las cunas andaluzas del cerdo ibérico, y en el que el visitante más afortunado podrá avistar avutardas y grullas. En Córdoba se conecta con la ruta de Sierra Morena, para orientarse, vía cauce del Guadalquivir, hacia Villamanrique de la Condesa, antesala del Rocío.