La reprobación del matón de Transportes

A Puente sólo lo han apoyado PSOE y Sumar, que se ha convertido en la triste muleta de los socialistas, argumentando ridículamente que al PP nunca le ha importado «un pimiento» la gente que coge el tren a diario. Qué cosas. También lo han apoyado los vascos, que llevan días cobrándose premios para los presos etarras, de modo que podrán descontarse años de cárcel y presentarse a las elecciones sin mostrar el mínimo arrepentimiento, por gentileza del Gobierno Sánchez. A cambio de eso, dar un apoyo inocuo a Puente les importa poco menos que una higa.

El ministr… perdón el matón de Transporte, sí ha sido reprobado también por los nacionalistas catalanes –capaces de mirar para otro lado ante casi cualquier cosa, pero no ante el pésimo funcionamiento de los trenes que indigna a la ciudadanía– y por Podemos. A todos les solivianta que Puente se permita ir fanfarroneando con sus eslóganes huecos de «el tren en España está en el mejor momento de su historia» o «nunca ha habido un mejor servicio ferroviario en España». Quizá sea la ventaja de ir en coche oficial, y no en tren, porque las incidencias resultan insoportables.

Puente, en Andalucía, antes de dar cifras manipuladas de inversión computando proyectos completos cuando sólo están en estudios muy básicos de bajísimo presupuesto, ha logrado indignar con sus desplantes a onubenses y almerienses, a granadinos y a malagueños por el tren litoral que también afecta a Cádiz, y a Sevilla con sus insultos al alcalde y a este periódico al poner algunas de sus mentiras en evidencia. La respuesta de Puente siempre es la misma: el matonismo verbal de estilo tabernario. No es raro que haya sido reprobado en el Congreso, de donde él, por cierto, se ausentó, porque, como tantos matoncillos, lleva mal verse ante el espejo.