Ramón Fernández-Pacheco: «Apostamos las renovables pero no vamos a llenar el campo de placas solares»
Entrevista al consejero de sostenibilidad, Medio ambiente y economía azul, y portavoz del Gobierno andaluz
«Juanma Moreno es un político de largo recorrido, no es el momento de buscar un sucesor»
«No vamos a amparar pozos ilegales en Doñana ni en ningún otro sitio; la solución es el agua en superficie para resolver un conflicto de años»
Defiende que la sostenibilidad impregna todo el Gobierno andaluz; quiere protección del medio ambiente y seguridad jurídica para los inversores
Sevilla
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Iniciar sesiónSu planteamiento de futuro pasaba por concurrir a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. Ramón Fernández-Pacheco llevaba siete años como alcalde de Almería cuando lo llamó el presidente andaluz para ser el consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, ... un departamento nuevo que responde a la preocupación de Juanma Moreno por un asunto que entiende clave para el futuro. Se estaba haciendo con el engranaje de la Junta cuando el pasado martes el presidente le encargó, además, la portavocía del Gobierno andaluz. Este almeriense de 39 años, con dos hijos pequeños de 7 y 9 años, es la nueva cara del Ejecutivo andaluz.
—Después de tanto pensarlo, no parece casual que Moreno haya elegido a su consejero más joven para ser el portavoz.
—La verdad, no sé si habrá tenido algo que ver. Yo creo que no.
—Lo digo porque elije a una persona con mucho futuro por delante; no sé si estará pensando en su sucesión.
—Eso seguro que no. Voy a contestar lo que se espera que conteste pero es que es la verdad. Nos equivocamos si pensamos que Moreno necesita un sucesor. Acaba de sacar una mayoría absoluta, la más importante del país en el territorio a priori más complicado para nuestra formación política, así que creo que la única conclusión es que es un político de largo recorrido. Ojalá que tengamos Juanma Moreno para muchos años.
—El otro reto que tiene es sustituir a Elías Bendodo.
—Elías Bendodo es un político con mayúsculas. Le tengo un aprecio personal profundo y sincero; es amigo mío. Yo no aspiro a ser el sucesor de Bendodo, yo soy Ramón Fernández-Pacheco y asumo la portavocía a mi manera. Sustituir a Elías es imposible, es de los tíos más listos que conozco, inteligente y audaz como pocos. Yo lo haré a mi manera, será mejor o peor, el tiempo lo dirá.
—Vayamos a lo importante. Los andaluces están muy preocupados por la grave crisis energética.¿Qué puede hacer la Junta?
—Yo creo que no debemos caer en el mensaje catastrofista ni esquivar la realidad, ni ser tan bisoños de pensar que todo se va a arreglar porque sí. Queremos que las cosas se arreglen y vamos a trabajar para intentar solucionarlo. Andalucía aspira a ser soberana energéticamente con las herramientas de las renovables.
—¿De verdad somos capaces de producir toda la energía que necesitamos?
—Aspiramos a que se pueda producir energía suficiente para ser autónomos. Para eso hace falta apoyar la inversión privada y hay muchos proyectos en ese sentido, aunque también es necesario tener las infraestructuras para poder canalizar esa energía. La sociedad nos lo exige, y nosotros estamos de acuerdo en que no vale cualquier tipo de energía; vamos hacia un modelo sostenible en las renovables. Andalucía tiene territorio, tiene viento y tiene sol, tenemos que mejorar las infraestructuras de conexión, pongámonos a ello y no esperemos a que el problema nos sacuda.
—¿De cuántos años hablamos? ¿Veinte, treinta?
—Dependerá también de la inversión privada porque la Junta no puede promover todos los parques de renovables de Andalucía. Esos proyectos tienen un impacto sobre el territorio, hay que estudiarlo y no vale cualquier zona. No vamos a poner todos los campos llenos de placas solares; nuestra tarea es que los informes salgan con agilidad para que los inversores tengan seguridad jurídica. La seguridad del inversor no está en que donde antes se decía que no ahora se diga que sí, no en que rebajemos la protección ambiental del territorio, sino en que no tardemos tanto en contestar.
—Es la primera vez que Andalucía tiene una consejería dedicada al mar. Llamativo con mil kilómetros de costa.
—Hay territorios que llevan mucho tiempo aprovechando las oportunidades que brinda el mar como Galicia o Portugal. La economía azul supone en nuestra tierra 300.000 puestos de trabajo, y más del 10% del PIB. Ahora queremos aprovechar el mar ante los nuevos retos como la eólica marina, la investigación vinculada a las microalgas, el modelo de turismo...
—¿Su modelo es el de Galicia?
—Andalucía debe tener uno propio y por eso vamos a elaborar la primera estrategia de economía azul de Andalucía que pretendemos esté en el último trimestre del año. Queremos que esté participada por todos los agentes importantes en el sector: universidad, centros de investigación... para exprimir al máximo las oportunidades que nos ofrece el mar y hacerlo desde un punto de vista sostenible.
—¿Eso significa que está dispuesto a poner líneas rojas? Lo digo por el turismo, por ejemplo, o por cómo deben ser los nuevos empleos.
—La sostenibilidad es la línea roja que no estamos dispuestos a cruzar en nada que pongamos en marcha. Hablaremos de actividad portuaria, de la fabricación de buques que también es importante en nuestro territorio, de deportes naúticos, pesca, acuicultura, renovables marinas.. el horizontes es muy amplio y diverso. Pero vamos a ver en qué momento estamos y si la realidad actual es sostenible. No vamos a poner hitos de antemano.
—Habla de la realidad actual. La Ley del Suelo, Lista, levanta algunas suspicacias porque permite construir en suelo rústico en determinados casos.
—Los desarrollos urbanísticos igual que los industriales, los comerciales o los turísticos, siempre tienen impacto en el territorio. Esa incidencia debe estar controlada y la Lista aporta seguridad jurídica. Y hablo en primera persona como alcalde de Almería que he sido. El PGOU está en vigor desde el 98 y Almería ha visto frustradas sus expectativas de reforma del plan general porque no había una legislación andaluza clara. Lo que ha pasado en Almería ha pasado en Marbella y a lo largo y ancho de las ocho provincias. Regular en el suelo rústico era una necesidad pero eso no quiere decir que se vaya a enladrillar el campo andaluz o los parajes naturales de Andalucía sino más bien todo lo contrario.
—¿Y la costa?
—Exactamente igual.
—Hablemos de Doñana. ¿Qué hacemos con las lagunas secas?
—Desgraciadamente no es la primera vez que se secan; lo hicieron en los 90 y en los 2.000. Estamos viviendo una época de sequía generalizada que afecta al Sur en particular. La única solución que tiene Doñana es la misma que se ha aplicado en otros parajes naturales de Andalucía: Dejar de esquilmar los acuíferos y para eso, si no queremos acabar con la agricultura y el medio de vida de muchas familias, es necesario aportar recursos hídricos en superficie. Eso se materializa con inversiones, presupuestos y proyectos.
—¿Eso significa que no apoyará la ley de regadíos de la Corona Norte hasta que no haya recursos en superficie?
—Significa que la solución a Doñana pasa sí o sí por dejar de obtener agua del acuífero y por la aportación de recursos en superficie para las actividades que se desarrollan en su entorno. El problema allí es de indefensión jurídica para muchos agricultores que llevan en el limbo 15 años. La Junta piensa que los pozos ilegales por supuesto que hay que cerrarlos. Nadie va a amparar que haya pozos ilegales ni en Doñana ni en ningún sitio, vaya por delante. Ni se va a legalizar lo que no sea legalizable. Se trata de aportar seguridad jurídica a familias que llevan clamando por ello 15 años y nunca traspasar la línea roja de los valores que propiciaron la conservación de Doñana. Eso es innegociable. Eso lo tenemos todos absolutamente claro.
—Quien dice tenerlo muy claro es el presidente. Ha creado una Consejería de Sostenibilidad.
—Para Juanma Moreno la sostenibilidad y la conservación de Medio Ambiente es una máxima que imprime a todas las áreas del Gobierno. Nuestra consejería es trasversal porque intervenimos en la práctica totalidad de la gestión. Hoy en día es impensable una iniciativa social, empresarial, que no tenga incidencia en el territorio. Todo requiere de una autorización ambiental, una imposición legal con la que estamos de muy acuerdo. Otra cosa es que seamos capaces de agilizar, simplificar y de reducir los trámites...
—Vamos que tiene las armas para imponer estas políticas.
—Hay que romper una lanza en favor de los tiempos actuales. El discurso de la sostenibilidad está asumido en toda la sociedad tanto a nivel social como institucional. Hoy en día todos los proyectos que se emprenden, en el sector privado y el público, son sostenibles desde el punto de vista social, económico y por supuesto, medioambiental. Y un ejemplo claro lo tenemos en la Ley de Economía Circular que hemos presentado esta semana. Viene a regular lo que ya hacen muchas empresas que han apostado por la economía circular no sólo como una manera de garantizar la conservación del entorno donde radican, sino porque reconocen la conciencia social que tienen sus clientes. Hay margen de mejora pero hemos avanzado mucho. No queremos una ley punitiva porque para eso ya está la legislación medioambiental que castiga al que contamina.
—Sí pero tarda tanto en aplicarse que casi no sirve para nada.
—Eso también es verdad. Pero la ley de economía circular es una ley de incentivos que se propician, entre otras cosas, a través de la contratación pública. Una de las medidas más interesantes es la creación del Registro Andaluz voluntario que va a permitir a los usuarios conocer cuál es el ciclo de economía circular.
—Es decir que este bolígrafo (con el que se toman notas en la entrevista) va a llevar una etiqueta enorme.
—No. Significa que cualquier usuario mete los datos del boli en ese registro y puede ver si está hecho de material reciclado, de dónde ha salido o si proviene de una mina que hay en China que se extrae de una determinada manera. Los clientes valoran que estás trabajando con material reciclado y por eso te inscribes en este registro.
—¿La empresa andaluza está en eso?
—Los clientes lo valoran. No hay más que ir a un supermercado y ver cómo todos alardean de ecológicos, sostenibles y reciclados. También lo vamos a incentivar a través de la contratación pública ecológica que nos va a permitir en determinadas licitaciones exigir o bien puntuar positivamente que formes parte de la economía circular y lo acreditas a través de ese registro. Yo siempre pongo el ejemplo de los juguetes porque estoy en edad de criar.
—Un último debate. ¿Va a permitir más campos de golf?
—Depende. Ni yo ni ningún político califica la viabilidad ambiental de ningún proyecto. No todos los campos de golf tienen el mismo impacto en el territorio; el municipal de Almería se riega con agua reciclada y ese es el modelo a seguir. El problema del agua no es ninguna broma.
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