Andalucía reivindica siete nuevas presas para almacenar más agua en las zonas con más sequía

La Junta de Andalucía tiene hechos sus cálculos: si estuviera la presa ejecutada en los últimos dos años habría podido almacenar 345 hectómetros cúbicos de agua (incluyendo aquí que parte se habría usado y posteriormente recuperado).

La presa de Alcolea, con una altura de 65 metros y un presupuesto de casi 90 millones de euros, está asumida como una inversión estratégica por parte del Gobierno central y de la Junta de Andalucía. Y así se recoge en el Plan Hidrológico de la Cuenca Tinto-Odiel-Piedra. Sin embargo, la realidad es que pasan los años y sigue sin retomarse un proyecto que se quedó bloqueado una vez iniciada la obra y que ha sido objetivo de recursos judiciales y de un pulso entre las dos administraciones.

En la última reunión entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, la Consejería puso encima de la mesa tres propuestas: obtener un acuerdo que rescinda el convenio de 2017 y que finalice la inversión la Administración autonómica; que la desbloquee y termine el Estado o que la liquide y compensa a Andalucía con unos fondos que puedan destinarse a una infraestructura similar.

Es la infraestructura hidráulica que tiene en estos momentos una mayor relevancia y que protagoniza las reivindicaciones del Gobierno andaluz al Ejecutivo central. Está incluida de hecho en las principales demandas planteadas por el presidente andaluz, Juanma Moreno, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Pero el de Alcolea no es el único caso que afecta a las provincias más afectadas por la sequía y que cobra relevancia en los periodos, como este mes de octubre, con más precipitaciones que algunas zonas no pueden aprovechar de forma adecuada. No se trata de que no haya capacidad para albergar más agua, ya que los embalses se encontraban al 30%, sino que en determinadas zonas la incorporación de esos nuevos recursos garantizaría el abastecimiento.

El Plan Hidrológico de las cuenca Tinto-Odiel-Piedras, que depende de la gestión de la Junta de Andalucía, recoge otras tres infraestructuras hidráulicas que deben ejecutarse antes del inicio de la próxima década y que están planificadas para aumentar los recursos hídricos disponibles en la zona de Huelva. Se trata de la presa Coronada, con una inversión de 125 millones de euros; la presa de Pedro Arco, valorada en 64 millones de euros, y la de Corumjoso.

En las cuencas mediterráneas, la zona más afectada por la sequía en Andalucía y que abastece a las provincias de Málaga y Almería, hay tres proyectos que arrastran años de retraso y que permitirían incrementar la capacidad de la cuenca en más de 200 hectómetros cúbicos. Esto supone cerca de un 20% más de capacidad.

La principal infraestructura afecta al Campo de Gibraltar. Se trata de la presa de Gibralmedina, con una capacidad de en torno a 45 hectómetros cúbicos y que está incluida en las previsiones del plan hidrológico con una estimación presupuestaria de casi 240 millones de euros. En segundo lugar, en la Costa del Sol, la parte de Andalucía con menos recursos hídricos, se aguarda el recrecimiento de La Concepción que permitiría triplicar la capacidad de este embalse hasta llegar a los 180 hectómetros cúbicos. Por último, la presa de Cerro Blanco, valorada en 85 millones de euros y con una capacidad de entre 40 y 50 hectómetros cúbicos.

La mayor parte de estas infraestructuras comparten una trayectoria común: se vienen arrastrando de planificación en planificación, dependen de una inversión que tiene que ejecutar el Gobierno central (aunque en muchos casos previamente a la Junta de Andalucía le corresponde la redacción o actualización de los proyectos) y están incluidos en los nuevos planes hidrológicos aprobados.

No obstante, a pesar de que están encima de la mesa de ambas administraciones, la realidad es que la línea principal de trabajo de Gobierno y Junta de Andalucía no va orientada tanto al aumento de la capacidad de embalses en la comunidad (dado el problema de falta de preocipitaciones) y aboga por centrar los recursos en la reutilización de aguas residuales para su uso en regadíos (la Junta destina a este fin 50 millones de euros en los próximos años) y, sobre todo, las infraestructuras de desalación que son objeto de un plan de inversión del Ministerio a través de Acuamed cifrado en 700 millones de euros para Almería y Málaga.