La misión más difícil de la doctora María Jesús Montero: reanimar el peor PSOE andaluz de la historia
Afronta desde hoy el Congreso Regional con el encargo de Sánchez de recuperar la pegada electoral en su antiguo feudo tras encadenar cuatro derrotas y perder más de 530.000 votos desde el año 2018
Chaves, de desterrado por los ERE a 'estrella' del congreso del PSOE andaluz
Desde las elecciones del 2 de diciembre de 2018, el PSOE andaluz ha ido de incendio en incendio. Al cataclismo que supuso perder la Junta de Andalucía para los cuadros de un partido acostumbrado a mandar durante casi 37 años se unió la dificultad ... para aclimatarse al nuevo rol de oposición, el trauma de las condenas en el caso ERE de los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que lo habían sido todo para el partido, y la marejada que desató la operación orquestada por Ferraz, con José Luis Ábalos como jefe de Organización, para sacar a Susana Díaz de despacho de la sede regional de la calle San Vicente en Sevilla, sustituyéndola por Juan Espadas en las primarias de junio de 2021.
La apuesta del PSOE federal por el entonces alcalde de Sevilla resultó fallida. Cuatro derrotas electorales consecutivas desde las autonómicas del 19 junio de 2022, en las que Juanma Moreno (PP) cosechó una inédita mayoría absoluta, trituraron la confianza que Pedro Sánchez había depositado en su actual portavoz en el Senado, que confiaba en aguantar al menos dos temporadas al mando. Su carrera de fondo no ha durado ni cuatro años y se ha quedado en un único intento de asalto a la Presidencia de la Junta.
La decisión del presidente del Gobierno de lanzar a su vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para dirigir el PSOE andaluz, es la certificación de ese fracaso. Hacía falta con urgencia un bombero, una bombera en este caso, con una doble misión: apagar el fuego de la división interna que ha dejado la actual dirección, que purgó a los que se habían alineado con Susana Díaz, y detener la hemorragia de la otrora todopoderosa federación andaluza.
Pedro Sánchez necesita recuperar la pegada electoral en el histórico feudo socialista para ampliar su poder territorial, seriamente diezmado en las últimas autonómicas y municipales, pero sobre todo por una cuestión de pura supervivencia personal. Con 8,4 millones de habitantes, Andalucía es la comunidad que más diputados aporta al Congreso, 61 de 350 escaños. La siguiente es Cataluña, con 48. Tiene que ganar terreno perdido en las generales en Andalucía si quiere continuar en La Moncloa. Solamente con los votos que aporta Cataluña no salen las cuentas, máxime cuando su socia de gobierno, Yolanda Díaz (Sumar), no despega en las encuestas.
Evolución del PSOE en las
elecciones autonómicas
Mayoría
absoluta
Porcentaje de voto y número de escaños
52,55%
1982
Líder
socialista
en cada
comicio
(66)
RAFAEL
ESCUREDO
(1982)
47,04%
1986
(60)
JOSÉ
RODRÍGUEZ
DE LA BORBOLLA
(1986)
49,61%
1990
(62)
38,71%
1994
(45)
44,05%
1996
(52)
MANUEL
CHAVES
(1990 | 1994 |
1996 | 2000 |
2004 | 2008)
44,32%
2000
(52)
50,36%
2004
(61)
JOSÉ
ANTONIO
GRIÑÁN
(2012)
48,41%
2008
(56)
39,56%
SUSANA DÍAZ
(2015 | 2018)
2012
(47)
35,43%
2015
JUAN
ESPADAS
(2022)
(47)
27,94%
2018
(33)
2022
24,10%
Próxima
candidata
(30)
MARÍA
JESÚS
MONTERO
(2026)
Fuente: Junta de Andalucía
Gráfico: A. Montes / ABC SEVILLA
Evolución del PSOE en las
elecciones autonómicas
Porcentaje de voto y número de escaños
Líder
socialista
en cada
comicio
52,55%
1982
(66)
Mayoría
absoluta
RAFAEL
ESCUREDO
(1982)
47,04%
1986
(60)
49,61%
1990
(62)
JOSÉ
RODRÍGUEZ
DE LA BORBOLLA
(1986)
38,71%
1994
(45)
44,05%
1996
(52)
44,32%
2000
MANUEL
CHAVES
(1990 | 1994 |
1996 | 2000 |
2004 | 2008)
(52)
50,36%
2004
(61)
48,41%
2008
(56)
JOSÉ
ANTONIO
GRIÑÁN
(2012)
39,56%
2012
(47)
35,43%
2015
SUSANA
DÍAZ
(2015 |2018)
(47)
27,94%
2018
(33)
24,10%
2022
(30)
JUAN
ESPADAS
(2022)
Próxima
candidata
MARÍA
JESÚS
MONTERO
(2026)
Fuente: Junta de Andalucía
Gráfico: A. Montes / ABC SEVILLA
En el Congreso Regional que reúne este fin de semana a los socialistas en Armilla (Granada), Montero heredará un PSOE en sus horas más bajas tras sellar el peor resultado de la historia en las últimas autonómicas: 30 escaños y por primera vez por debajo de la barrera psicológica del millón de votos. La victoria insuficiente que hizo perder la Junta a Susana Díaz dio paso a una derrota esta vez sin paliativos.
Pese a los esfuerzos que Espadas ha hecho por levantar una alternativa al Ejecutivo en manos del PP, los socialistas están ahora más lejos que nunca de cumplir su sueño de volver a gobernar la Junta de Andalucía.
La ministra se apunta a la polarización
La primera misión que tendrá Montero –doctora de profesión– es poner a punto la máquina de ganar elecciones, que lleva años gripada. Emprende ahora una tarea de reconstrucción que no será fácil ni tan rápida como quisiera.
La primera piedra que encuentra en su camino es un presidente consolidado, Juanma Moreno, cuya gestión presenta pocos rasguños —el caso judicial de los contratos del SAS o las listas de espera sanitarias— al cabo de seis años de gestión. Sabe que precisa golpes de efecto para bajar del pedestal a Moreno Bonilla —los socialistas siempre lo nombran por su segundo apellido—. Su estrategia pasa por llevar a Andalucía la polarización que enrarece la política nacional para activar a los votantes de izquierdas. Ya lo está haciendo, desacreditando el talante moderado y centrista que ha cultivado el líder del PP regional. «Es educado, no moderado», ha dicho de él la flamante líder.
Catorce años después de la última mayoría absoluta lograda por Manuel Chaves en 2008, los socialistas han perdido más de 1,2 millones de sufragios y 26 asientos en el Parlamento andaluz. En 2022 los votantes sin apegos ideológicos prefirieron a un líder sin aristas como Moreno, o andaban tan desencantados con la izquierda que se quedaron en su casa en la jornada electoral. El resultado fue calamitoso. El PSOE se ha dejado en la cuneta más de medio millón de papeletas en los dos últimos comicios: 400.000 en los de 2018 y 130.000 más en la cita de 2022.
«Con ella el PSOE al menos sale a competir. Ganar es muy difícil, pero ha roto la inercia del pesimismo», opina un antiguo dirigente
El peligroso descenso hacia la irrelevancia comenzó en realidad una década antes. En 2012, el sucesor de Chaves, José Antonio Griñán, perdió por primera vez unas elecciones andaluzas, pero el descalabro quedó maquillado por uno mayor, el de su rival Javier Arenas, quien aspiraba a gobernar aprovechando el viento a favor de los escándalos que asediaban al Gobierno del PSOE. Contra todo pronóstico, Griñán salvó la Presidencia gracias a su pacto con Izquierda Unida y a la mayoría pírrica del candidato del PP.
El expresidente propició un relevo generacional cediendo el testigo a Susana Díaz tras dimitir por el caso ERE en agosto de 2013. Sin embargo, el partido hegemónico siguió perdiendo pegada en las urnas.
Una herencia complicada
«Montero va a recibir una herencia con vicios ocultos. Hay grietas en la estructura organizativa aunque estaban muy bien maquilladas. La prueba es que los afines a Espadas están movilizándose para plantar batalla en los congresos provinciales de Jaén, Córdoba o Cádiz», opina un antiguo dirigente del partido. Alaba que la nueva líder ha hecho gestos para integrar a los que la dirección saliente de Espadas había enviado al 'exilio'. «No hay duda de que el PSOE sale a competir en mejores condiciones con ella que en las elecciones de 2022, que fueron un paseo militar para el PP. Ganar es muy difícil, pero al menos ha roto la inercia de pesimismo», advierte.
La ministra, de momento, ha ganado sus dos primeras batallas antes de examinarse en las urnas: ha alineado a todos detrás de ella y ha hecho creer a los suyos que la remontada es posible. Habrá que esperar hasta la cita electoral prevista en 2026 para saber si también convence a los andaluces y si el resultado colma las expectativas de su exigente jefe Pedro Sánchez.
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