Negocio en tiempos de pandemia: la tecnológica malagueña Freepik, vendida al fondo sueco EQT

Freepik fue fundada en 2010 por parte de los hermanos Alejandro y Pablo Blanes y Joaquín Cuenca , emprendedor alicantino afincado en Málaga que ya en 2007 fue el protagonista de la primera compra que hacía Google en España . El gigante norteamericano le compró a él y sus socios Panoramio , el germen de lo que terminaría siendo el entonces incipiente Google Maps . La operación se cifró en no menos de seis millones de euros . Eso, después de también haber vendido a Ebay Loquo.com , en cuyo nacimiento participó.

La compañía, que en sus 10 años de vida no ha dejado de crecer, basa su negocio en un espectacular banco de recursos para diseñadores (imágenes y vectores especialmente). Su desarrollo, basado en un principio en la gratuidad de la oferta , se ha ido haciendo más fuerte a medida que han empezado a cobrar por los contenidos. El año pasado, Freepik facturó en torno a los 31 millones de euros.

La venta al fondo EQT ha sido el culmen de una larga operación que comenzó a gestarse en 2018. Fue en ese momento cuando los tres propietarios de Freepik decidieron que había llegado el momento de crecer buscando una dimensión empresarial mayor.

Así, tras dos rondas de reuniones en las que participó lo más granado tanto de las empresas del sector como de fondos de inversión a nivel internacional , recibieron una primera tanda de 18 ofertas. «La acogida fue espectacular», resume a ABC Joaquín Cuenca, uno de sus fundadores.

Tras dos cribas, en las que el interés por la compañía no decreció, quedó claro que el candidato era el fondo sueco que finalmente se ha hecho con la mayoría de la firma andaluza.

Pero entonces se metió por medio la crisis del coronavirus . «Hacer una operación de esta envergadura con un crisis así es algo completamente inusual y, sinceramente, no creo que vayan a darse muchas de este tipo», afirma Cuenca.

Pero la alerta sanitaria y la restricción de movimientos no frenó el interés por ambas partes, que antes del cierre de fronteras sólo habían podido desarrollar una única reunión física en Málaga .

«Lo normal es que un potencial comprador hubiera enviado entonces un ejército de personas a analizar tu empresa», dice Cuenca. No era posible. Con la dificultad añadida de que la empresa se gestionaba en remoto , como mandaban los días.

Finalmente, y tras maratonianas reuniones a distancia «potentísimas, en las que partipaba un pánel de al menos 20 expertos» la venta ha fructificado. Por una cantidad que no ha sido desvelada pero que en cualquier caso sumará varios cientos de millones de euros.

«A veces, es más el miedo que la propia realidad el que te lleva a la parálisis», resume Cuenca como lección de una operación en tiempos de apocalipsis,

Y ahora, ¿cuál es el plan? «Vamos a seguir vinculadísimos al proyecto», adelanta Joaquín Cuenca. Freepik seguirá con su sede principal en Málaga, donde han trasladado parte de sus oficinas desde la primigenia del centro histórico a otro espacio más grande cercano a la estación del AVE María Zambrano.

Por ellas pululan más de 200 empleados , a los que hay que sumar un ejército de diseñadores autónomos que trabajan desde su casa para la firma desde numerosos puntos del planeta.

La estrategia de Freepik, con un socio inversor tan potente, se centrará ahora en su crecimiento tanto en el este asiático (en el sudeste ya son líderes) como en Estados Unidos, donde el factor gratuito de su oferta ha constituido hasta ahora un hándicap.