El inestable sillón del alcalde en Marbella

El experimento se rompió con la dimisión de Cañas y entró Francisco Parra  (PSOE) apoyado en Izquierda Unida y Partido Andalucista. Eso fue antes del rodillo Gil. Jesús Gil accedió a la Alcaldía en 1991. Se asentó en varias mayorías absolutas hasta que la corrupción acabó con su mandato en 2002. Es cuando le sucedió Julián Muñoz (GIL). Sus manejos al frente de la trama de «Malaya» le hicieron ganarse enemigos dentro del partido independiente y el propio Jesús Gil, junto con algunos apoyo, propició una moción de censura dentro del mismo partido para echarlo un año después. Entró Marisol Yagüe (GIL), que se encuentra en prisión por sus acciones al frente del Consistorio y que fue la primera alcaldesa de Marbella entre 2003 y 2006.

Su caída supuso un fugaz gobierno de Tomás Reñones , que dio paso a la gestora que presidió Diego Martín Reyes , tras la operación «Malaya» en 2006 y la disolución de la corporación municipal –algo que no había pasado nunca en España–. Un año después, Ángeles Muñoz (PP) se hacía con la Alcaldía de Marbella. Ostentó el cargo con mayoría absoluta durante dos legislaturas, pero en 2015 se quedó a un concejal de revalidar ese apoyo y el PSOE le arrebató el sillón.

En 2015 un pacto a cuatro bandas desalojó al PP del poder. Fue cuando regresó el PSOE al gobierno con José Bernal como alcalde. Lo hizo en un acuerdo apoyado en Izquierda Unida, los independientes de San Pedro (OSP) y Podemos –la única formación que no ha gobernado en Marbella nunca–. Dos años después, Ángeles Muñoz regresará con el apoyo de OSP a la Alcaldía hasta 2019, previa moción de censura. El tripartito, formado para evitar que el PP siguiera gobernando, ha saltado por los aires por las malas relaciones entre OSP y Podemos, lo que ha hecho que Muñoz pueda ser alcaldesa de nuevo antes de septiembre.