Ciudadanos vuelve a confiar en Málaga en el diputado que desnudó los inventos del nacionalismo

La formación naranja ratificó ayer lunes las listas electorales con las que se presentó a las elecciones generales del pasado 28 de abril y ha propuesto de nuevo como candidato a Díaz -diputado en las últimas legislaturas- junto a Irene Rivera, que será la número dos. En un mensaje a través de su cuenta de Twitter ha señalado que su elección representa «un privilegio doble» , por representar, por un lado, a los malagueños, y por otro a lo que considera «el mejor proyecto para España».

Su intervención en la Comisión fue posiblemente uno de los mayores reveses que ha sufrido el nacionalismo en términos de debate parlamentario en los últimos años, sobre todo, por el dominio perspicaz de sus argumentos y una sucesión acertada de datos que iban tumbando como fichas de dominó las imposturas de los secesionistas.

El detonante fue una proposición no de Ley presentada por ERC en la que se pedía la retirada de la Cruz de San Andrés -en su variante de la Cruz de Borgoña- de los aviones del Ejército del Aire y que fue rechazada por PP y Ciudadanos, y apoyada por PSOE, Unidos Podemos y el PdeCAT.

Desde la formación de Gabriel Rufián , consideraban la cruz un símbolo «fascista» incorporado por Franco durante la Guerra Civil , algo que el diputado malagueño se encargó de desmontar. Convirtió la propuesta en papel mojado tras evidenciar que se sustentaba en argumentos copiados en parte de Wikipedia, con escaso rigor histórico y en los que se obviaban los lazos existentes entre este símbolo y las tropas españolas desde el siglo XVI .

Recordó que la cruz formaba parte de los Ejércitos de España desde 1506, tras el matrimonio de la hija de los Reyes Católicos, Juana la Loca, con Felipe el Hermoso , cuyos soldados y enseñas ostentaban este emblema. Además, se refirió a la obra pictórica de Ferrer Dalmau en la que se representa la batalla de Rocroi de 1643 y donde las huestes portan estandartes con dicha cruz.

Díaz, que es hijo de militar, tiró de ironía y sugirió la posibilidad de que Francisco Franco hubiera estado presente en la batalla pintada por el artista, aunque recordó que para tal cosa, el dictador «tendría que vivir 332 años» . Según el diputado, guiándose por la lógica de ERC, hubiera tenido más sentido condenar a otras figuras de la historia de España como Don Pelayo, Ataúlfo o Agustina de Aragón , teniendo que cuenta que ellos sí disfrutaron de los elogios y homenajes de Franco.