Los bomberos de Málaga cumplen cinco años en huelga y deciden no apagar el incendio con el Ayuntamiento

Tras el parón por la pandemia, sin haberse reunido en dos años, el lunes 15 de marzo el comité de huelga volvía a celebrar una asamblea. El objetivo, escuchar al concejal delegado de Seguridad, Avelino Barrionuevo , que defendió que el avance progresivo en varios de los puntos de conflicto laboral debería hacer a los bomberos replantearse la situación.

No tuvo éxito. Los profesionales que asistieron a ese encuentro votaron de forma unánime continuar con el 'paro', rechazando el borrador de propuesta para acabar con el conflicto. «No había motivo para lo contrario; ninguno de los seis puntos que llevamos al Sercla en 2017 se ha cumplido», resume a ABC Andrés Millán , miembro del comité de huelga.

¿Qué piden los bomberos malagueños en esos seis puntos? Por un lado, lo que los ya expertos en el conflicto denominan 'la triple erre' : reclasificación (mejorar la categoría de los bomberos y pasarla de C2 a C1), reducción de jornada , para equipararse con el resto de funcionarios municipales, y un nuevo reglamento , dado que el actual data de mitad de siglo pasado.

Aparte, en el documento con el que iniciaron la huelga también exigían la retirada de los expedientes informativos y disciplinarios con que se habían saldado sus primeras protestas, una nueva organización del servicio y la recuperación de los emolumentos que en los primeros compases del paro pudieran haber perdido. Entonces sí dejaron de asistir a jornadas de formación.

Sin embargo, desde el equipo de gobierno de Francisco de la Torre se asegura que ya no hay razones para proseguir con la huelga. Pues aunque se reconoce que las mejoras laborales que se están implementando van a ritmo lento , las bases están puestas y los compromisos son firmes.

Como ejemplo ponen los días de trabajo . Ya se han reducido dos guardias de la jornada laboral de los bomberos. Y en total, durante los últimos diez años, 219 horas, «todo ello sin pérdida retributiva», aducen.

La previsión es que a medida que se vayan incorporando nuevos efectivos (este año está previsto que entren 27 bomberos nuevos) se pueda llegar a aplicar toda la reducción.

Desde el comité de huelga admiten el esfuerzo, pero siguen en sus trece: «No es que queramos sólo que la jornada se rebaje, sino trabajar igual que el resto de funcionarios », afirma Millán.

Y según sus cuentas la brecha no sólo permanece (asegura que trabajan 1.725 horas anuales frente a las 1.591 del resto de colectivos). Es que no se aminora . Si en el año 2000 la Policía Local trabajaba 131 horas al año menos que ellos, lo previsto es que en 2023 sean 134.

Con el resto de reivindicaciones, ocurre lo mismo. El Ayuntamiento insiste en que se están dando pasos decididos y que, por ejemplo, el borrador del nuevo reglamento debería estar listo el próximo mes de abril. Mientras que los bomberos reiteran que se incumplen los plazos. Con lo que el acuerdo resulta imposible .

Un ambiente, además, aún más enrarecido por los rapapolvos que el Ayuntamiento ha recibido en los tribunales . En mayo del año pasado el Consistorio tuvo que incorporar e indemnizar a ocho aspirantes que habían impugnado las oposiciones de 2015. A primeros de 2022, otro juzgado ordenó repetir el proceso para once ascensos a cabo que se desarrolló en 2018. La mala praxis en materia de personal ya le ha costado al Ayuntamiento un dineral en materia de indemnizaciones.

En general los bomberos están de acuerdo en señalar los incumplimientos de sus 'jefes'. «Otros servicios del Ayuntamiento solucionan sus problemas más rápido, pero nosotros no podemos dejar de apagar incendios y rescatar personas y de eso se aprovechan. A mí me daría vergüenza llevar cinco años con un servicio en huelga», dice un bombero.

Pero también es cierto que no todo el parque comulga con el enquistamiento de la situación. «Esto era un problema laboral que se ha convertido en un conflicto casi personal », afirma a ABC un integrante del Cuerpo. «Hay un frentismo que parece que corre casi paralelo al político», dice otro. Lógicamente, ambos prefieren mantener el anonimato.

La presencia de Ramón Triguero , uno de los cabecillas de la rebelión, en una pasada candidatura electoral de Adelante Andalucía dispara las sospechas en este sentido. Se avecinan elecciones, recuerdan. Por eso el comité de huelga prefirió que se saliera del mismo, aunque ha protagonizado rifirrafes como el del último Pleno del Ayuntamiento, donde se enfrentó a gritos con el alcalde , que terminó ordenándole que guardara silencio.

Sí da cuenta del hartazgo, en cualquier caso, que si en los primeros compases de la huelga el seguimiento de las asambleas era masivo, en las últimas celebradas la concurrencia ha ido mermando considerablemente .

«Quizás estamos yendo demasiado lejos , pero el Ayuntamiento no ha hecho todo lo que debía», zanja un profesional.